domingo, 11 de diciembre de 2011

El Coñón Humano


Mira, pues yo no entiendo tanta preocupación por lo de la falta de trabajo, de verdad. Que si ahora uno pone la tele y ve a los personajes que pululan por ella se le ocurren muchos trabajos a los que puede recurrir. Que ahora ser obrero de la construcción o profesor o arquitecto o panadero es malísimo porque uno lo tiene complicadísimo para encontrar curro.
El otro día, por ejemplo, acudía a Sálvame Deluxe una periodista llamada Terebere. Al margen de lo buena o mala que sea en su profesión, la tía contaba que estaba fatal de dinero y que la desahuciaban. Lo fuerte es que Belén Esteban, esa que manifiesta literalmente que “mi trabajo es contar mi vida”, era la que la entrevistaba a ella (el mundo al revés) y la acusaba de tener una pensión argumentando que mucha gente no tiene ni eso. Aprovechando su tirón mediático es precisamente la Esteban la que se abandera como la Justiciera de todos los parados y viudas que cobran una pensión de mierda cuando es ella la que gana más pasta que nadie por no hacer NADA y vivir del cuento. Y encima el público aplaudía todos sus argumentos tan demagógicos como absurdos y ridículos sin darse cuenta de que es la propia Belén Esteban la que se está riendo de todos ellos. Que la tía vive como Dios gracias a que ha sabido sacarle un gran rendimiento a su toto. Que a esta tía no le falta trabajo en televisión y sin embargo otros que sí son profesionales y llevan años currando en el medio lo tienen ahora fatal para subsistir. Como Urdangarín. Otro que manifestaba hace unos años que le costaba llegar a fin de mes. La verdad es que el tío supo quitarse el problema de encima, y oye, con un blanqueo por aquí y un pellizquito por allá también ha sabido sacarle partido a esta profesión a la que cada día se apuntan más. Que él no es el primer caso, que ya sabemos de Pantojas, Julianes Muñozes y políticos varios. Pero es que el curro en este país está tan mal que ya ni perteneciendo a la familia real uno lo tiene bien. Que la profesión de “me lo llevo” (frase acuñada precisamente por la mismísima Esteban) ha calado hasta entre la realeza. Pobrecitos.
Pero mira, ya puestos a vivir de tocarse el toto hay una profesión nueva que me apasiona: La de coñón humano (definición maravillosa que tomo prestada de mi amigo Juanjo). Una tal Sonia Baby se ha hecho famosa precisamente por eso; por meter y sacar de su coño cosas imposibles. La cuestión es que hoy en día todo se profesionaliza tanto que a Sonia Baby la han catalogado como Acróbata Vaginal (supongo que hasta debe tener su propio epígrafe específico en Autónomos) aunque a mí me parece un eufemismo muy cursi, que de profesión “el coñón humano” me parece mucho más acertado. Oye y que esta chica, por lo menos, se lo ha currado, se ha especializado y, lo más importante, no le toma el pelo ni roba el dinero a nadie.
Así que menos lamentarse de que no hay trabajo. Que teniendo el toto muy grande se pueden hacer todo tipo de juegos malabares pa llegar a fin de mes.
Si es que nos gusta un quejarnos…

martes, 29 de noviembre de 2011

Parodia-ismo y Parodia-istas


Lo que los periodistas de este país hacen por nuestro idioma es como para tirotearlos a todos sin la más mínima piedad. Da igual en el medio de comunicación que lo hagan porque prácticamente todos son igual de básicos y previsibles a la hora de construir frases tópicas y usar lugares comunes. No sé si será por eso de resultar políticamente correcto o qué, pero el caso es que a mí me generan una vergüenza ajena tremenda.  Leer o escuchar expresiones tan manidas como “se respiraba una tensa calma”, “el gigante asiático”, “el sentido común, el menos común de los sentidos” o “no hubo que lamentar víctimas” son muy Matías Prats, heredero de una escuela de periodistas que ya no sabes si están dando una noticia o recitando un diálogo de “Pasión de gavilanes”. Me imagino que muchos de ellos se deben sentir García Márquez al usar este tipo de lenguaje porque no hay más que ver lo a gusto que se quedan tras soltar alguna de estas perlas. Que muchos dejan caer una sonrisilla o un guiño como diciéndonos: “Hay que ver el ingenio que tengo, lo que se me acaba de ocurrir”. Y resultan patéticos. Más todavía. 
Pero lo peor de todo es que este tipo de periodismo barato se ha especializado en géneros: Pedro Piqueras se ha erigido como el gurú del periodismo de “sang i fetge” (“sangre e hígado”, como diríamos los catalanes), que no es que sea periodismo amarillo, es que el tío lo ha elevado a la categoría de apocalíptico. Frases o expresiones como “imágenes dantescas”, “una catástrofe de dimensiones bíblicas”, “voraz incendio” o “el mundo de la droga, esa lacra social” se repiten constantemente como si siempre se inventaran en el momento o se dijeran por primera vez. El periodismo deportivo tampoco se queda corto: “Duelo en las alturas”, “calma tras la tormenta”, “el jugador vence y convence” o “se dejaron la piel en el cuadrilátero”. Pero si hay un género que ya le pone a uno los pelos como escarpias es el de la prensa rosa. Ahí el derroche de glucosa y de cursilería es ya como para estrangular a esa nueva especie de redactores que dejan a la mismísima Corín Tellado al nivel de Marilyn Manson: “El diestro sufrió la peor cornada de su vida”, “la actriz ha interpretado el mejor papel de su vida al convertirse en madre”, “ha rehecho su vida” o “tiene el corazón ocupado”… En fin, sin comentarios.
Y ante semejante panorama no es de extrañar que muchos nos quejemos de lo mal que se habla en este país. Que teniendo un idioma tan rico en vocabulario y matices sean precisamente los medios de comunicación los que lo reduzcan a cuatro términos que se usan para todo. Que ver cómo se destroza la lengua es cada vez es más habitual. Que personajes como Belén Esteban están justo en el extremo opuesto al de esos periodistas redichos, pero que los dos son igual de dañinos y perjudiciales. Porque lo peor de todo es que este tipo de televisión se retroalimenta y personajes como la Esteban toman como ejemplo de español bien hablado lo que hacen esos periodistas. Y claro,  luego no es de extrañar escuchar a famosos que quieren de dárselas de cultos y versados frases tipo “cayó el Danubio universal”, “me puse hecha un obelisco”, “me dejo la piel en el pellejo” o “le hicieron una operación a corazón abierto pa ponerle un pay-pay”.
Y así nos va.

lunes, 21 de noviembre de 2011

Con Dolores en el "Cospedal"


No me gusta nada que haya ganado el PP. Tampoco me gusta nada que la jodida ley D’Hont haga que mi voto valga menos que el de otros ciudadanos. Tampoco me gusta nada que haya habido tantísima abstención. Pero lo que tampoco me gusta nada es leer hoy en las redes sociales el aluvión de mensajes apocalípticos y catastrofistas de gente supuestamente inteligente y muy tolerante que insulta y se caga en la madre de los que han votado una opción diferente a la suya. A gente supuestamente inteligente y muy tolerante que está vaticinando un futuro muy negro cuando todavía no ha pasado nada. A gente supuestamente inteligente y muy tolerante que dice que hemos vuelto a 1939, a la dictadura y a la Inquisición. Todo eso me parece tan estúpido y tan poco responsable como aquellos otros que dicen que gracias a la llegada del PP todo se va arreglar en dos días.
Yo no sé otros, pero yo he votado lo que creía que tenía que votar y pienso seguir peleando por lo que creo que se tiene que cambiar. Y que si uno teme que le van a quitar sus derechos o lo que sea, que ayer se hubiera acercado a votar. Que quejarse ahora es muy fácil. Que el índice de abstención que ha habido acojona y mucho sabiendo que podía pasar lo que finalmente ha pasado. Y que antes de ponerme a insultar y a adivinar el futuro voy a esperar a ver qué pasa y a ver qué hacen realmente estos señores del PP. Que prefiero no malgastar mis fuerzas ahora y utilizarlas cuando realmente las tenga que utilizar.
Pues eso, que esta mañana al abrir Facebook me ha cabreao mucho. Que entre mis cientos de "amigos" hay muchos que van de inteligentes y muy tolerantes y a más de uno hoy se le ha visto el plumero. Que si hoy te quejas haberte movido ayer.  Y que si no te gusta lo que ves intenta cambiarlo.
Y eso mismo es lo que he empezado a hacer hoy en mi Facebook. Que ya ves tú, que tampoco me va a cambiar la vida. Pero a lo a gusto que se queda uno, ¿qué? 

martes, 15 de noviembre de 2011

Prêt a Potar


La de veces que he salido de “shopping” y me he vuelto a casa con las manos vacías. Que uno ya se ha pateado trescientas mil veces los H&M’s y compañía y nunca encuentra lo que busca. Que tampoco es que uno sea muy exigente, que lo que uno sale a buscar es un jerseicinchi, una sudadera o un polito apañao pero que tengan un puntito, eso sí. Que lo que busco desesperadamente son basiquitos, de colores normalitos, prendas muy sencillitas de uso así como muy cotidiano y que sean baratitas, que no está la cosa pa muchos excesos. Pues que no hay manera, oye. Que cada vez que me acerco a alguna tienda de estas lo que me encuentro es un horror. Que no sé si es por la crisis o por esa regresión a lo peor de los ochentas, pero parece que a los diseñadores de estas marcas les ha dao un parraque y han pensao "qué es lo más horrible que se puede diseñar". Que si por fin encuentras un jersey mono, o te queda como un saco de patatas o pareces un rodaballo atrapao en la red o no lo hay de tu talla. No falla. Que si por fin encuentras una sudadera que no tenga unos cordones imposibles o letritas o alusiones a universidades norteamericanas seguro que cuando te la pones o pareces una morcilla de Burgos o Amaya Uranga, que no hay términos medios, que lo tengo comprobado. Que cuando por fin encuentras algo que te gusta o tiene un cuello imposible o botones de abuelo o sólo lo hay en  colores tan favorecedores como el garbanzo aplastao o el caquita anodina. 
Y es que con tan sólo mirar los escaparates de estas tiendas, con esos maniquís ataviados con prendas dignas del peor “tronista” de “Hombres y mujeres y viceversa”, ya te entra un mal cuerpo que pa qué. Pero que te vas a tiendas más caras y el panorama no es mucho más alentador. Que es más de lo mismo pero con tejidos que por lo menos no te exfolian la piel pero sí la cartera. 
En definitiva, que no me he comprado nada. Y que me da una lástima tremenda no haber conservado algunas cosas que me compré en los ochentas. Que eran igual de horrendas que las que ves ahora en estas tiendas pero por lo menos hubieran sido genuinas. 
Que para parecerte a C.C.Catch mejor vestir tan espantosa como iba ella y no como ese pseudo sucedáneo anodino de consumo rápido llamado Katy Perry. 
Ea.

martes, 8 de noviembre de 2011

¡Bótalos!


Robertito tiene un curro estupendo y vive en un piso muy coquetón. Lo tiene decorado a la última moda: Muebles de Ikea mezclados en absoluta armonía con objetos retro, cuadros de Audrey Hepburn y algún que otro detalle carísimo de diseño para que se note que él es muy gay. Y por si a alguien le quedara alguna duda su baño es un derroche de cremas revitalizadoras, potingues con liposomas y cientos de colonias con la marca de sus diseñadores favoritos. Robertito es del PSOE hasta la médula y esta super orgulloso de votar a un partido que defiende sus derechos.
Albertito también tiene un curro estupendo y también vive en un piso muy coquetón. También lo tiene decorado a la última moda: Muebles de Ikea mezclados en absoluta armonía con objetos retro, cuadros de Audrey Hepburn y algún que otro detalle carísimo de diseño para que se note que él es muy gay. Y por si a alguien le quedara alguna duda su baño es un derroche de cremas revitalizadoras, potingues con liposomas y cientos de colonias con la marca de sus diseñadores favoritos. Albertito es del PP hasta la médula y esta super orgulloso de votar a un partido que, aunque no defiende abiertamente sus derechos, él argumenta que sí lo hará porque cada vez hay más maricones entre sus filas.
Que Robertito y Albertito saben que hay mucho paro, que la cosa está muy mal. Que hay mucha gente malviviendo, mucha gente a la que le quitan sus casas. Pero tanto a Robertito como a Albertito lo que más les importa es que no les quiten sus “derechos de homosexuales”. Que para ellos eso de casarse y montar un bodorrio es un derecho fundamental. Que con eso ya se sienten en igualdad de condiciones que el resto de la humanidad. Y eso porque tienen un curro estupendo y un piso ideal. Que el día que dejen de tenerlos, Dios no lo quiera, a lo mejor se empiezan a plantear que hay que anteponer otro tipo de derechos más fundamentales todavía... 
Porque casarse y vivir bajo un puente no es plan. Y mucho menos para unos gays como ellos. Porque además: ¡¡¿Dónde pondrían entonces sus cuadros de Audrey Hepburn?!!
Un drama.

miércoles, 2 de noviembre de 2011

Asesinos en "Serie"


Me tienen absolutamente maravillado las series que están produciendo los norteamericanos a partir de esta última década: Lost, A dos metros bajo tierra, Mad Men, True Blood, Los Soprano, The Killing, American Horror Story, Boardwalk Empire, Fringe, The Walking Dead y muchísimas, muchísimas más. Que no da tiempo a verlas todas. Es un aluvión tremendo y de una calidad abrumadora. Es evidente que la televisión se ha comido a un Hollywood totalmente en crisis y que es allí donde ahora se pueden disfrutar de las mejores obras que se están produciendo en EEUU. Las hay de géneros para todos los gustos pero todas con un denominador común: La calidad. Con guiones excelentes, interpretaciones brillantes, direcciones maravillosas y producciones impecables que no olvidan ni el más mínimo detalle. Con esta nueva manera de hacer televisión no es de extrañar que grandes nombres del celuloide se estén cruzando de acera: Desde Martin Scorsese, Steve Buscemi, Anna Paquin, Jessica Lange, Christina Ricci, Kathy Bates o Joe Mantegna hasta el mismísimo Dustin Hoffman, que en breve protagonizará “Luck”, la nueva serie de HBO. Pero también hay que decir que de todas estas series está saliendo una cantera impresionante de autores y/o directores. Que nombrar a J.J. Abrams o Alan Ball son palabras mayores. Y también es enorme el descubrimiento de grandísimos actores y actrices como Jon Hamm, Frances Conroy, Connie Briton, Elisabeth Moss, Christina Hendricks, Michael C. Hall, Kristin Bauer, Rutina Wesley, Mireille Enos y un larguísimo etcétera.
Y claro, es inevitable que luego comparemos todo este derroche de creatividad con las series que se siguen haciendo en España. Que aquí siempre se busca la excusa de que nuestras series no disponen del mismo presupuesto, ni del mismo número de espectadores para acaparar un mayor índice de audiencia. Que una serie en inglés, además, se puede vender a todo el planeta. Pero en mi modesta opinión son todo excusas porque aquí o no se sabe o no se quieren hacer series así. Que aquí lo que se busca es contentar a todo tipo de públicos en una misma serie teniendo como resultado productos totalmente blancos, ñoños y mediocres. Que si los americanos arrasan con “Lost” aquí se hace una mala copia con “El barco”. Que por copiar se plagia hasta la banda sonora, que se creen que con eso ya están haciendo la misma serie. Que aquí no se hacen castings en condiciones, que aquí se buscan niños y niñas monas pa lucir tipín porque así creen que se cautiva a más audiencia. Que se construye un decorado salomónico de un barco entero para que no se diga que aquí no se hacen las cosas bien. Que la construcción de ese barco se lleva más presupuesto que un solo capítulo de “Alias” de J.J. Abrams. Que aquí se construyen tramas bobas e insustanciales para conquistar tanto a jóvenes, adultos, abuelos y niños, y que se estiran como un chicle sin tener en cuenta el ritmo de narración. Que aquí se entiende por ritmo mover mucho la cámara y editar una secuencia con muchos planos distintos aunque no esté pasando nada de nada. Que aquí los guiones no se cuidan, que los diálogos son totalmente artificiales y forzados, que los personajes que se construyen son planos y no tienen la más mínima enjundia. Vamos, que salvo en contadísimos casos, a la series españolas les queda aún mucho camino por recorrer. Y no porque no haya talento para hacerlas, que aquí lo hay y mucho. Que aquí lo que tiene que cambiar es la mentalidad de cadenas y productores. Que hacer una buena serie no necesita de presupuestos multimillonarios. Que aquí se despilfarra mucho dinero en lo que no hace falta y en lo que realmente hace falta no se invierte. Que aquí lo que se quiere es copiar, pero es que hasta para copiar hay que saber hacerlo bien. 
Y si no ya veremos que pasará con esa serie de hombres lobo que está rodando Belén “Rueda”… Que todo huele a ir a rebufo de “True Blood”… Pero que me temo que será como “Los Serrano”… Pero aún con más pelo... 
Y más caspa…

viernes, 28 de octubre de 2011

¿Los 40 Principales o Los 40 Principios?


Acabo de estar cruzándome mensajes en el muro de Facebook de un buen amigo. Un buen amigo que además es un excelente músico. El hombre está desanimado porque él mismo, totalmente solito y sin la ayuda de nadie, se ha currado un discazo tremendo. La cuestión es que el muchacho no sólo se lo ha currado musicalmente hablando, si no que además él mismo lo está moviendo y promocionando a saco. Todo un héroe para los tiempos que corren. Pero un héroe desanimado porque ve lo fatal que está la industria discográfica y el mercado. Porque son malos tiempos para crear lo que uno siente que tiene que crear. Que las industrias que mueven los cotarros sólo buscan el dinero fácil y rápido. Que lo que muchos consideramos “arte” ellos lo consideran “producto”. Y claro, ahí está la enorme diferencia entre querer ser un músico o convertirte en el Bisbal de turno. Que si no quieres ser Bisbal es porque simplemente ni lo eres ni lo quieres ser. Y pensando de esta manera lo tienes muy chungo para dedicarte a la música o al cine o a lo que sea hoy en día. Pero otro buen amigo y excelente músico también, con una gran carrera a sus espaldas, le apoya en su “desanimo” pero dejando asomar cierto optimismo. Le ha comentado algo que me ha parecido tan interesante como para dedicarle una entrada del blog. Y lo transcribo literalmente: Hemos llegado al punto exacto cuando me inicié en todo esto. No había un horizonte prometedor en el 77/78, y tratamos de divertirnos y hacer cosas unos cuantos por el puro placer de la diversión. Lo justo para pagar el alquiler del local de ensayo y de las cañas previas al concierto. Creo que teniendo ese espíritu y esa ilusión conseguiremos contagiar a más gente. Y la rueda volverá a girar. Es una simple opinión”.
Sólo añadir, y así se lo he dicho, que comparto su opinión totalmente. Que creo que  las crisis, aunque son horribles y muy duras, al final siempre traen cambios y transformaciones muy positivas. Y que esos cambios y transformaciones no surgen por arte de magia. Que esos cambios y transformaciones vienen de la mano de personas que, como él, han sido fieles a sí mismas en todo momento. Personas que, aunque podrían haberse “vendido” a las industrias y a los mercados, han preferido ser honestas consigo mismas y han seguido haciendo lo que creían que debían hacer. Pero eso no quita que uno tenga momentos en los que lo vea todo negro, que quiera tirar la toalla. Pero aunque ese sentimiento negativo es muy común en el ADN de cualquier artista, es muy necesario para luego resurgir y evolucionar. Que las mejores creaciones surgen tras periodos de rabia, desilusión y dudas.
Y por cierto, ¿Bisbal tiene de eso?

miércoles, 26 de octubre de 2011

El Reality Supera la Ficción


Las teles de todo el mundo están inundadas de “reality shows”. Lo que parecía que sería un fenómeno pasajero cada vez está más extendido y no hay cadena que no tenga, incluso, más de uno: Concursos con famosos, concursos con anónimos, docus de famosos que nos cuentan su vida, docus de anónimos que nos cuentan la suya, etc. Es un aluvión tremendo y que cada vez va a más. Pero los que más funcionan en todas partes son esos en los que el público participa dejándose la pasta para expulsar a tal o cual concursante. 
De todas maneras los que inventaron estos formatos no inventaron nada nuevo. La tele en sí siempre ha sido un inmenso “reality show” en el que el público ha decidido a través del mando qué programa continúa o qué serie se queda en la cuneta. Que la fiebre por las audiencias ha convertido la tele en un inmenso plató dónde el público decide qué es lo que quiere o no quiere ver. Y aquí el “reality” es más “reality” que nunca porque los que trabajamos en ella lo vivimos en nuestras propias carnes como si fuéramos los concursantes de un “Gran Hermano” cualquiera. Si tenemos la suerte de currar en un programa que tiene audiencia seguimos trabajando y si no, pues a la puta calle. Igualito, igualito que en un concurso. Que el público es en definitiva el que decide nuestro futuro. Y aquí no importa la calidad, que ya se sabe que no por ser un mejor programa tienes más garantías de seguir en el “reality”. Que normalmente los productos más chungos son los que más audiencia tienen (igualito que en los “realitys”: Los concursantes más mediocres suelen ser los que se llevan el gato al agua). Y esto pasa aquí y en cualquier país del mundo. Que uno lee noticias de series norteamericanas estupendas que como no tienen el suficiente “share” están pendientes de renovación. E incluso, en muchos casos, se intentan “salvar” dándole un giro a sus tramas para ver si así el público las acepta y pueden seguir en el concurso. Vamos, que en este “reality” ya no interesa que una serie o un programa esté bien pensado o bien hecho, que lo único que interesa es que el mayor número de espectadores lo vea. Que sí, que es un negocio, que eso ya lo sabemos todos. Pero creo que es de los pocos negocios en los que no se confía en absoluto en los profesionales que lo llevan a cabo. Que hay muchos formatos o series que necesitan tiempo, que necesitan asentarse para que el público las “compre”. Y si no que se lo digan a J.J. Abrams y su magnífica serie “Fringe” (en horas bajas y pendiente de un hilo de renovación porque ahora al público yanqui ya no le interesa tanto). 
Y digo yo: Ya que tenemos que aguantar tanto programa chusco, ¿por qué no se abre este “reality” a presentadores, periodistas, actores y personajes que pululan por la televisión? Que hay programas muy malos pero que quienes los hacen los convierten en más insultantes todavía. ¿Que por qué no decidir si un informativo lo presenta Pedro Piqueras, Pepa Bueno o Sara Montiel? ¿Qué por qué no votar para que echen a Kiko Matamoros o Santi Acosta de la televisión? ¿O por qué no votar en masa para que Antonio Resines no protagonice ninguna serie más? Que sí, que el público ya decide con su mando, pero es que hay personajes muy mediocres que siguen ahí y que estoy seguro que si el público tuviese la oportunidad de votar para decidir su futuro se dejaba una pasta en llamadas. Que decidir quién debe presentar esto o aquello haría que la tele continuase siendo tan absurda como lo es hoy, pero muchísimo más divertida. Que en eso consisten los “realitys”, que en eso consiste un show. Y ya que todos participamos de este cruel concurso, que todos tengamos los mismos derechos y los mismos privilegios. Que estoy convencido que si presentaran a La Veneno como candidata a moderadora de “59 segundos” todo el público la votaríamos a saco. Que para tener una tele tan mala como la que tenemos mejor convertirla ya en esperpento total. Desde luego que sería mucho más show y muchísimo más divertida.
¿O acaso no petaría los índices de audiencia ver a Sara Montiel dando la noticia del fin de ETA? 
Pues eso.

lunes, 24 de octubre de 2011

El Click de la Cuestión


Es curioso lo bien que han evolucionado las ciber relaciones desde que llegó a Internet a nuestras vidas. Al principio recuerdo lo simples que eran los chats; no podías ver la cara de tu interlocutor, te lo tenías que imaginar todo y uno se tenía que describir como en los anuncios de los periódicos. Que cuando surgió el “fenómeno chat” en su mayoría sólo estaban enfocados para ligar. Con el tiempo han ido evolucionando, sofisticándose y en la mayoría de la casos aún siguen teniendo como principal objetivo el ligue. Con la diferencia de que ahora, si quieres, puedes ver hasta cómo es el páncreas de tus ciber contactos. Aún así, por mucho que hayamos “visto”, queda por saber cómo será esa persona en el “plano real”. Que los olores, los tactos, los gestos, las maneras de hablar y de expresarse luego, en muchos casos, nada tienen que ver con lo que creías haber “visto”. Que la imaginación es muy traicionera y aunque uno “vea” es inevitable que todo eso lo vaya envolviendo en un “pack” ideal. Porque los chats enfocados para el ligue son muy limitados y no dan para poder conocer un poco más a la persona. Pero con la llegada de las redes sociales se ha dado un paso enorme en todo esto. Que lo de Facebook o Twitter no está en principio diseñado para ligar pero a mí me parece un arma de seducción mucho más poderosa que cualquier chat enfocado para pegar un polvo. Que lo bueno que tienen las redes sociales es que se conoce mucho mejor a la personas. Te puedes hacer una mejor idea de cómo es alguien a través de cómo escribe, cómo se expresa, de sus comentarios, de cómo reacciona ante otros comentarios, de sus gustos, de su sentido del humor, de su sensibilidad ante determinados asuntos, etc. Que las redes sociales no están pensadas para el ligue pero que es inevitable que vayas descubriendo a personas que de otra manera, a lo mejor, no habrías conocido nunca. Personas que te seducen por el motivo que sea pero con las que no tienes por qué terminar echando un polvo. O sí. O incluso ir más allá. Pero lo mejor es que la mayoría de ellas se van convirtiendo en ciber amigos con los que mantienes una relación casi diaria aunque estén a cientos de kilómetros. Personas que entran a formar parte de tu vida. Y muchas de esas personas, cuando das el salto al plano “real”, no te decepcionan en absoluto. Por mucho que algunos digan que las ciber relaciones son falsas porque luego no tienen nada que ver con la realidad. Yo por suerte lo he podido comprobar en mis propias “cannes” y en la mayoría de los casos lo que te esperas es lo que es. Puede haber matices, pero en este caso la imaginación ya no te juega tantas malas pasadas. Que lo esencial, que es la personalidad, eso sí que traspasa el teclado. De hecho ahora estoy pensando en nuevas amistades “reales” que tengo y muchas de ellas comenzaron siendo ciber relaciones. Y es más, personas que ya conocía antes de la llegada de Internet y con las que perdí el contacto, ahora, gracias a las redes sociales, las he vuelto a reencontrar y las estoy redescubriendo muy gratamente. Que también sucede que cuando conocemos a alguien en persona nos dejamos llevar por nuestras primeras impresiones y en muchos casos nos equivocamos de lleno.  Que vamos, que en esto de relacionarse la tecnología ha entrado a jugar un papel importantísimo por mucho que algunos quieran quitarle su mérito por considerarlo “artificial”. Que “artificial” puede ser cualquier manera de relacionarse con otros. Que lo importante es que si uno se muestra tal y cómo es tanto en el plano real como en el virtual el fin siempre va a ser el mismo. 
Y dejo ya de enrollarme que tengo mensajitos que contestar. Que a los amigos hay que cuidarlos y mimarlos para mantenerlos cerquita. Aunque vivan en Méjico y sólo sea a través de un “click”…

jueves, 20 de octubre de 2011

Voy a Ponerme Como el Kiko


Desde hace un tiempo, creo que desde que empezaron los “Gran Hermano” y compañía, se ha puesto de moda eso de decir “las verdades a la cara”. Y además se ha instaurado como si ello fuera un valor de sinceridad y de valentía. Que parece que si le dices a alguien en la cara “eres un hijo de puta” o “vistes del culo” es algo de lo que te tienes que sentir muy orgulloso. Que el no decirlo ahora algunos lo toman como un acto de cobardía. Y la verdad es que a mí me parece algo horroroso y que está muy lejos de ser un acto de sinceridad o valentía. Que hacerlo, bajo mi humilde punto de vista, es confundir la velocidad con el tocino. Porque, ¿qué necesidad tengo yo de ir diciendo por ahí todo lo que pienso? Eso más que de ser sincero es de ser un absoluto gilipollas. Que hay cosas que no son necesarias decirlas. Y es más, que nunca se tendrían que decir. Más que nada porque existe algo que se llama educación y respeto y que nadie ha llamado a uno a decir todo lo que piensa de los demás en todo momento. Porque si todos nos pusiéramos en este plan todos tendríamos algo que decir. Y que lo que puede ser correcto para ti para el otro no. Que yo piense que alguien es un cabrón no quiere decir que esté en posesión de la verdad, que a lo mejor él piensa lo mismo de mí y sí está en lo correcto. O sea, que eso de decir verdades a la cara es ser sincero de una manera totalmente subjetiva. Y como es subjetiva y no está basado en una realidad fundamentada pasa a ser un insulto. Pero bueno, en estos programas que reinan en Telecinco es normal que busquen este tipo de argumentos como “fulanito es un falso” o “cuidao con menganita que luego va diciendo cosas por ahí”. Si no fuera por eso no tendrían ni peleas, ni follones formados. 
Que es de lo más normal no decir todo lo que piensas de alguien en su puta cara. Y ojo, que yo tampoco lo quiero. Que yo no necesito que cualquiera me venga a decir “que si eres esto o que si eres lo otro”. Eso lo aceptaré de las personas que yo quiera aceptar y lo más probable es que yo me acerque antes a ellas para preguntarles si creen que he hecho bien o mal tal cosa. Y por supuesto que uno puede decir todo lo que quiera de alguien a su espalda, que si nos quitan eso nos quitan media esencia a los españoles. Que hacerlo no es malo, que es necesario en muchas ocasiones para desahogarse. Otra cosa es que uno lo haga para despotricar gratuitamente, pero aún así es totalmente lícito. Que hacerlo no es de cobardes, que hacerlo es necesario porque a todos nos gusta compartir nuestras impresiones y nuestras sensaciones con los demás. Y como yo lo hago es lógico que los demás lo hagan conmigo. Es un juego que está totalmente aceptado por todos. Que si nos ponemos todos a decirnos a la cara todo lo que pensamos esto sería una guerra. Vamos, que viviríamos como en un perpetuo plató de Telecinco. Y oye, que los dimes y diretes son la esencia de la vida. Y lo a gusto que nos quedamos sin necesidad de tener que ofender a nadie directamente. Que si uno es un gilipollas ya se dará cuenta por sí solito. Que si yo se lo digo a la cara igual va y cambia y entonces se me ha acabado el chollo de ir poniéndole verde por detrás. Eso sí, si alguien que quiero y me importa veo que está actuando de una forma que yo veo mal se lo diré. Como también me gustaría que ese alguien me lo dijera a mí. Y eso no sería un acto de valentía o sinceridad, eso sería un acto de amor y respeto. 
Pero oye, lo a gusto que me quedaría si pudiera tener delante a Kiko Hernández para soltarle en su puta cara “eres un cateto, un ignorante y un absoluto gilipollas”. Y encima me respetaría porque desde ese momento yo sería para él una persona totalmente íntegra, sincera y valiente. 
Hay que ser imbécil…

lunes, 17 de octubre de 2011

Ver La Botella Medio Llena a Ana le Acojona


El otro día me encontré con un lector del blog y me comentó que últimamente estaba un poco sieso, que ya no hago entradas frívolas y que las echaba de menos. Y la verdad es que tiene toda la razón. Será que el patio no está muy alegre y que todos cada vez lo vemos todo más chungo. Que uno se levanta pensando en todo lo que quiere hacer, pero a la que abres un periódico o pones la tele se te viene todo abajo. Que en Facebook, por ejemplo, se leen mogollón de comentarios de gente que busca trabajo, de gente que está muy desesperada porque no ve salida a la situación en la que está. 
Pero el sábado pasado fue un día de puta madre. El 15O fue todo un exitazo y todos volvimos a tomar las calles. Que tantos indignados, y ahora en todo el mundo, gritásemos a la vez es motivo más que suficiente para estar contentos. Que como los de arriba no empiecen a mover el culo se van a encontrar con algo que ninguno todavía sabemos qué es lo que va a ser. Pero lo que está claro es que está pasando algo. Y que cada vez va a más. Que tanta gente sin trabajo, tanta gente sin cobrar un duro y tanta gente desahuciada no se va a quedar de brazos cruzados mientras ve cómo los de siempre miran hacia otro lado y no hacen nada por resolverlo. Es más, siguen sacando tajada de una situación que ellos mismos han provocado. Porque, ¿qué pasará cuando cada vez haya más gente sin trabajo? ¿Qué pasará cuando cada vez haya más gente que no cobre ni el paro? ¿Qué pasará cuando cada vez haya más gente que sea desahuciada de sus casas? Ya sé que no es nada alegre plantear esa situación, pero lo es desde el momento en que muchos en todo el planeta nos hemos plantado y hemos dicho “hasta aquí hemos llegado”. Que si ahora no nos hacen caso llegará un momento que no tendrán más cojones que hacerlo. Porque este movimiento no ha hecho más que empezar y cuando éstos reaccionen posiblemente ya les habrá estallado la patata caliente en la cara. Que cuando el pueblo despierta a ellos no les queda otra cosa que ponerse a temblar. 
Y mientras tanto esta viñeta que me han pasado hoy sobre lo que pasó en Roma el sábado pasado: Miles de personas manifestándose, pero los políticos, banqueros y los medios mirando hacia dónde a ellos sólo les interesa mirar. Que a ellos lo único que les interesa es crear confrontación, polémica y mal rollo para distraernos de sus propios errores. Pero de lo que no se dan cuenta es que la confrontación ya está en la calle. Que cada vez somos más los que ya no creemos en ellos y que cada vez somos más los que creemos que la solución y el cambio está en nosotros mismos.
Lo sé, prometo hablar de mariquinchis y más frivolités. Pero es que uno se ha pasado por H&M y Breshka para ver la temporada otoño/invierno y es tan sosa, vacía, gris y aburrida como un discurso de Rajoy…

miércoles, 12 de octubre de 2011

Necionalismos


El otro día me pasaron este video. Aconsejo verlo porque es de lo más delirante y absurdo que he visto últimamente. Y hoy, día del nacionalismo español, viene que ni pintado para entender cómo se interpreta la cultura hispana en Estados Unidos. Claro que en este caso está más centrado en la cultura mejicana que en la española. Que ya sabemos que los yanquis son muy de mezclarlo todo, que lo mismo les da que seas argentino, mejicano, boliviano o español que para ellos somos todos lo mismo. Y eso a determinados nacionalistas españoles de raza les molesta muchísimo. Porque aunque todos hablemos el mismo idioma les parece de una ignorancia y una incultura absoluta comparar a un españolito de Valladolid con un ecuatoriano de Quito. Que para muchos españolitos aún hay clases y los españoles seguimos siendo “La Madre Patria”. Que los españoles somos europeos, que nuestra raza y cultura fue la que hizo grandes a los sudamericanos y que, por lo tanto, nos merecemos una distinción y un respeto. Pero curiosamente no todos los españoles quieren ser españoles. Y eso para un nacionalista español, que está orgulloso de que su lengua y su cultura la compartan millones de personas en todo el mundo, no le entra en la cabeza. No le entra en la cabeza que dentro de su misma España existan otros españoles que no se sientan orgullosos de serlo. Y no entienden que no quieran formar parte de esa gran raza que ha conquistado medio mundo. Que para ellos ser grande es sólo una cuestión de número, de estadística. Que para qué defender un idioma y una cultura que comparten “cuatro gatos” cuando pueden formar parte de un imperio lingüistico. Que para ellos los vascos, los catalanes o los gallegos representan lo mismo que para los yanquis los argentinos, los mejicanos o los bolivianos. Que les da igual el idioma o la cultura que tengan porque para ellos todos somos, ante todo, españoles. 
Y esto, por extensión, es aplicable a cualquier nacionalismo sea del color que sea.
El final de la segunda parte de “Que hora es” (abajo) es muy significativo: Y es que cuando no entiendes y tampoco tienes ganas de entender a los que no son como tú o piensan de manera diferente a ti lo mejor es eliminarlos. Que de eso sobreviven los grandes nacionalismos.
Ah, ¡Y viva la Vírgen del Pilar! (que ésta, además, no quería ser francesa. La muy cuca).



jueves, 6 de octubre de 2011

La Rajoy de Tu Falda



¿A los de Helsinki cómo se les llama? ¿Helsinkineros, Helsinkinianos, Helsikinienses? Bueno, da igual. Si yo fuera de Helsinki y, por aquellas cosas de la vida, me tengo que venir a vivir a España y nada más llegar al aeropuerto veo esta portada en un kiosko, juro que me hago pis del miedito.  Es de lo más terrorífico que habría visto últimamente. Pensar que el futuro de este país podría estar en manos de ese señor tan horroroso y que los que están a su alrededor simbolizan lo que él querría hacer con España me daría un yuyu que te cagas. Y ya no sólo porque la única mujer que sale sea la encargada de representar las funciones a las que deberán entregarse todas las de su género mientras él sea presidente, si no por lo feo y de mal gusto que es todo en esta foto: Los estilismos, los colores, las posturas, los y la modelo, los gestos, el photoshop y esa azotea tan horrenda por la que parece que acaba de pasar el Katrina arrasándolo todo. Pensaría que igual se trata de un mensaje subliminal que se me quiere dar. Y si fuese así me daría la vuelta inmediatamente para volver corriendo al avión que me ha soltado aquí. Pero no sé, igual le daba a mi nuevo país una oportunidad e intentaba cruzar la puerta del aeropuerto. Pero si al cabo de unas horas veo que en todas las televisiones la única imagen que se repite constantemente es la de una señora octogenaria, con pedigree, casándose  con un señor infinitamente más joven que ella igual hasta me daba punto y todo, oye. Que eso significaría que este es un país tan moderno como el mío y que es de lo más normal que se acepten socialmente relaciones así. Lo que no sé cómo encajaría es lo de ver mogollón de coros rocieros y masas de marujas tirándose en avalancha a las calles de Sevilla para ver si pillan algún canapé gratis. Eso me recordaría más a la portada que había visto en el kiosko del aeropuerto. Mujeres y cocina. Con la diferencia de que éstas de Sevilla son unas vagas y ni siquiera cocinan bizcochos; éstas se tiran directamente a la calle a mangarlos. ¿Y qué haría? ¿Me quedaría o saldría corriendo por patas de este país? Si hubiese aterrizado en Madrid hubiese huido sin pensármelo dos veces. Que estos días esta ciudad parece Libia por la cantidad de aviones y helicópteros militares que la sobrevuelan constantemente. Que de inmediato me habría vuelto a la memoria la infame foto esa de la azotea y ahora entendería el por qué de un escenario tan destrozado. Pensaría que este es un país que tiene un futuro muy negro con ese candidato como salvador de la Patria que se erige entre escombros rodeado de hombres feos y una mujer fea que no es que haga pasteles que es que tiene que robarlos para llevarse algo a la boca. Y todo así, sin puntos ni comas, sin pausas, que a los del norte de Europa ya se sabe que tanta vocal abierta y tanta consonante fuerte nos deja sin aliento.


domingo, 2 de octubre de 2011

No Todo el Campos es Orégano


Ayer estuve viendo un ratito “Jurassic Pack”, ese programa que presenta la Campos. Ese programa que es como ese otro en el que una médium habla con los muertos, pero con la diferencia de que en éste a los “muertos” los resucitan y se los traen a plató.  La cuestión es que ayer vi cómo “resucitaban” a Los Pecos, y como una pava inflada de botox manifestaba desolada que ya no se escribían letras de canciones como las de antes. A este comentario se sumó hasta la propia Campos y todos llegaron a la firme conclusión de que actualmente impera una absoluta falta de creatividad en todo.
El otro día estuve leyendo en “Vertele”, una web dedicada al maravilloso mundo de la tele, a uno que decía que la serie “Cheer’s” había fracasado en audiencia y, por lo tanto, llegaba a la firme conclusión de que el humor ya no interesaba al público.
Hace un par de días estuve viendo un programa en el que unos famosos se disfrazaban de otros y cantaban. El caso es que fui testigo de la transformación de Silvia Pantoja en Jennifer López. Más que transformación fue un “tuneao” en forma de mono dorado rollo burbujita de Freixenet, que a ésta más que en burbujita la convertía en pompa. Tras una actuación que no dejaría indiferente ni a Pina Bausch el público rompió en vítores y aplausos. Y después un jurado de postín se rindió, casi con lágrimas en los ojos, ante el grandísimo arte y talento de Pantoja 2.
Y digo yo que con todos estos seres que pululan y construyen la tele de nuestro país no es de extrañar que después una de las “famosas” que concursa en un reality sea una tiparraca que únicamente es célebre por meterse y sacarse cosas imposibles del toto. Eufemísticamente la llaman “acróbata vaginal”, pero lo cierto es que lo mismo se mete por ahí una estantería de Ikea que te hace un gazpacho con el clítoris. Un poco como todos los demás, aunque el problema de éstos es que en vez de meterse estanterías de Ikea se sacan del coño programas de mierda.  Y encima son los mismos que deciden lo que hay o deja de haber en televisión o lo que interesa o deja de interesar al público. 
Lo único cierto es que aquí los verdaderos acróbatas somos los espectadores. Tenemos que hacer verdaderos equilibrios con el mando a distancia para evitar toparnos con programas y personajes salidos de una oscura y retorcida mente. Una mente acróbata que poco tiene de vaginal pero sí mucho de anal. 
Porque parece que todo lo hace con el culo.

Si te atreves a ver la actuación de Silvia Pantoja dale al play... y al Tranxilium.



viernes, 30 de septiembre de 2011

Ciao Italia!


Paolo Rumi, un amigo muy combativo y con mucho sentido del humor que he conocido gracias a Facebook, ha traducido al italiano mi post "Enmediocres". Con mucho acierto da su visión de la Italia de Berlusconi y de la situación en la que se encuentra ahora nuestro país. La mediocridad, desgraciadamente, es un mal universal.
Aquí tienes el enlace al blog de Paolo:
http://radiopavlov.blogspot.com/2011/09/mediocrita-aurea.html

miércoles, 28 de septiembre de 2011

Enmediocres

En el curro siempre existe un personaje que nadie entiende por qué está ahí. Suele ser una persona que pone en evidencia su ineptitud desde el minuto uno, pero ahí sigue. Y todos los de su alrededor se preguntan cómo es posible que haya llegado hasta ahí o, peor todavía, quién lo ha colocado ahí. Pero hay que estar muy alerta porque estos personajes son muy peligrosos. Todo lo que no tienen de conocimientos sobre el curro que desempeñan lo tienen en saberse manejar entre los jefes. Son como reptiles que actúan sibilinamente y que cuando ven que su ineptitud puede quedar en evidencia, saltan, muerden y envenenan. Y para esto son unos verdaderos maestros. Como saben que no tienen ni idea del curro que desempeñan han tenido que desarrollar otras facetas que incluyen saberse desenvolver en el ámbito laboral a través del peloteo más descarado y el arrime más provechoso. Que todo lo que no tienen de talento profesional lo tienen para saberse meter en un bolsillo a quien se tienen que meter. Y se lo meten. Y si tú tienes cerca a uno de estos personajes ándate con cuidado. Que no te note que has descubierto su absoluta mediocridad, porque como te lo note actuará como un animal que se siente acorralado y te atacará. Y te atacará con sus armas, es decir, acudiendo a sus jefes con la intención de derribarte porque desde ese mismo instante te has convertido en seria una amenaza para él. Saber más que él o tener las cosas más claras que él pueden ser tu tumba profesionalmente hablando. Que lo lógico sería lo contrario, sí. Que lo lógico sería que cuando llegaras a un curro te encontraras con personajes que conocen y saben desempeñar su trabajo. Que lo lógico sería que los jefes, los que están arriba, fueran los primeros en valorar todo eso. Pero está claro que no es así. Cada vez conozco a más gente que se queja, precisamente, de lo contrario. A gente que se queja de la cantidad de mediocres que tiene trabajando a su lado. A gente que se queja de tener unos jefes que no saben lo que quieren. A gente que se queja de tener unos jefes que no saben lo que quieren y que se rodean de gente absolutamente inepta. A gente que se queja de gente inepta que se aferra a su silla. Y también escucho a mucha gente decir que no encuentra trabajo. A gente muy válida, muy competente, con mucho talento, que sigue en la puta calle desde hace mucho, mucho tiempo. Y claro, con este panorama, ¿qué jefe de éstos va a saber valorar a alguien con talento cuando ellos son los primeros que no lo tienen? Al final, pues lo de siempre: Dios los cría y ellos se juntan. Y parece que los tiempos de crisis, para colmo, les benefician. 
Me he puesto un poco Norma Rae, pero es que estoy hasta el toto de ver a tanta gente con talento sobreviviendo como puede y a tanta gente mediocre viviendo de la sopa boba.

lunes, 19 de septiembre de 2011

Los Antros de Salud de Espe

A pesar de estar en una etapa super buen rolliza he empezado la semana que cágate lorito. 
Empiezo: Anoche me abro un perfil en Linkedin por eso de dar una utilidad profesional a eso de las redes sociales. Que lo de Facebook y Twitter está muy bien, pero no deja de ser una frivolité. Pues nada, que me pongo a ello, y como uno es un pelín obsesivo hasta que no dejé el perfil acabado no paré. Y claro, de repente veo que es tardísimo y me voy a la cama. Y ahí empieza el tormento: Resulta que al Centro de Salud Mental de la Comunidad de Madrid en Lavapiés, que está a pocos metros de mi casa (no sé si será una indirecta de la vida), se le salta la alarma. Pero no es una alarma cualquiera, es una especie de sirena compulsiva, histérica y desquiciante provista de una amplísima gama imposible de tonos agudísimos que te perforan el cerebro. Ideal para un Centro de Salud Mental. ¡¡Y en la calle Cabeza!! Y uno que empieza a dar vueltas en la cama intentado dormirse. Y nada. Pasa el tiempo y la alarma sigue sonando. Y a esas horas de la madrugada el sonido es tan omnipresente que se te mete en el cerebro y no se va. Y lo peor de todo es que el hijo de puta que diseñó tan satánico invento dejó un intervalo de cinco minutos de silencio para que uno se creyera que ese infierno había terminado. Así que cada cinco minutos uno intenta conciliar el sueño a toda hostia, a contrarreloj, antes de que se vuelva a disparar el engendro. Y claro, así, tan relajadamente, uno no se duerme ni a la de tres. Y pasan las horas, y comienza a amanecer, y la alarma que sigue sonando. Y piensas: ¡¿Es que nadie va a parar eso nunca?! Pero de inmediato se detiene cinco minutos más y aprietas los ojos para intentar dormirte a toda leche. Pero tan agobiado y tan tenso como la goma de un tanga, al cerrar los ojos sólo veo la página de Linkedin (mal día para abrirme ahí un perfil y tirarme tanto tiempo delante de la pantalla del ordenador). Y que me levanto. Que me fumo un cigarro. Que me vuelvo a acostar. Y la alarma otra vez. Me pongo música con los cascos (un poco gordos como para dormirte con ellos puestos y eso que me puse algo así muy tranquilito de Morcheeba). Pues nada. Que me quito los cascos. ¡Y la alarma continúa! ¡Y ya es de día! Me levanto. Decido ducharme y bajarme a la calle para soltarle cuatro frescas a los del Centro de Salud Mental. El de la calle Cabeza...
Ojeroso y con una cara que da pena me bajo a la calle y me encuentro a más gente que, como yo, tampoco ha pegado ojo en toda la noche. Todos ojerosos, con tics nerviosos por culpa del insomnio y con pelos de locos empezamos a desahogarnos entre nosotros insultando a la Comunidad de Madrid, a Espe y a todo el que se nos cruza por la mente. Gente que está asomada a los balcones, con ganas incluso de tirarse al vacío por la desesperación, dice que la policía vino a las cuatro de la mañana pero que tanto la empresa responsable de la alarma como la Comunidad de Madrid no quisieron darles la llave para poder entrar al centro y pararla de una puta vez. Así que después de esa noticia tan desalentadora decidimos que todos los vecinos tenemos que poner denuncias a todo quisqui. Y me vuelvo a casa. Sin haber dormido nada, hecho un asco. Y con la alarma todavía sonando de fondo. ¿Y qué hago? Engancharme de nuevo a Linkedin para ver si de nuevo, con otra dosis obsesiva, dejo de escuchar la puta alarma de una vez. 
Y hasta me he hecho el perfil en inglés. 
Y porque por fin han parado la alarma, que si no hasta en Pekín se enteran de que soy guionista. 
Ah, y me he comprado unos tapones en la farmacia.

jueves, 15 de septiembre de 2011

Desesperanza y Gracia


Cuidadito con lo que deseas. Que cuando a uno no le van bien las cosas y se lamenta de la mala suerte que tiene parece que el universo se confabula para que las cosas le vayan aún peor. Pensar que tu pareja te va a dejar, que te van a echar del curro o que no lo vas a encontrar jamás puede ser un imán para que todo eso se vaya haciendo realidad. No creo en absoluto en los libros de autoayuda o en las predicciones astrológicas, pero sí creo firmemente en la predisposición que tiene cada uno ante la cosas. Los libros de autoayuda o el horóscopo son “engañabobos” que sólo dicen obviedades que queremos escuchar. Y sólo son un arma para los más desesperados que ya no saben cómo actuar frente a determinadas situaciones. Que lo que nos dicen es lo que en el fondo todos ya sabemos pero que cuando lo leemos en un libro o lo dice Esperanza Gracia por televisión lo tomamos como si fuera palabra divina. Es psicología barata pero que en muchos casos nos ayuda a reaccionar y cambiar nuestra predisposición ante un problema que nos inquieta, nos atormenta o nos perturba.
Así que cuidadito con lo que deseas. 
O no. Porque si en vez de pensar en todo lo malo que te pasa tienes más en cuenta la bueno parece que el universo se confabula también de la misma manera. Que todos hemos pasado por momentos buenos. Y cuando los vivimos parece que todo nos sale como queremos y sin hacer, aparentemente, nada porque salga así. De todas maneras siempre tendemos a ver más siempre lo chungo que lo positivo. Que nos gusta regodearnos en ello. Que cuando las cosas nos van bien decimos “estoy en un momento de puta madre” o “estoy en racha”, pero cuando las cosas nos van mal decimos que “nuestra vida es una mierda” o “todo me va mal”. Vamos, que cuando nos va mal TODO lo vemos chungo y cuando nos va bien nosotros mismos lo limitamos a un momento breve de nuestra vida. 
Me da que hoy me he levantado un poco cursi y gurú barato. Pero es que últimamente he empezado a tomarme las cosas con menos dramatismos, a confiar más en mi y, oye, que las cosas me están viniendo de cara. Que no soy yo de dar consejos y mucho menos de montar un consultorio, pero creo que compartirlo es sano y no está de más. 
Que sí, que estoy muy Heidi, que doy asco. 
Bueno asco no, que a ver si por decirlo el universo se me ralla y se me jode el invento…



lunes, 12 de septiembre de 2011

Icoño de la Moda

Hoy podría escribir sobre el 11S, sobre el casting de “Acorralados”, sobre la fuga nuclear en Francia o sobre el acoso al clan Mohedano. Temas interesantísimos, profundísimos y de inevitable calado social, pero no; hoy le dedico este post a algo muchísimo más importante y que me viene retorciendo y jodiendo, literalmente, la vida. ¿Y qué es eso? Las “Converse”. Sí, las “Converse” o las “All Star” de toda la vida. Unas bambas que son tan monísimas como carísimas (y eso de “bamba” es un término utilizado en Cataluña y que me niego a sustituir por “deportivas”, “calzado deportivo” o “playeras” utilizado en otras zonas de España y que me parecen términos horrorosos a la par que poco útiles). Y lo peor de todo es que llevo toda la vida utilizándolas. Y la verdad es que, además, son una mierda tremenda. Uno termina siempre comprándose unas, pero al tiempo se vuelve a acordar que no duran nada, que son incomodísimas tanto para caminar como para hacer deporte, que te joden la espalda y los riñones como ningún otro calzado y que encima pagas la “marquita” dejándote un ojo de la cara por algo que sólo aporta disgustos a tu vida; cuando hace frío porque no te abrigan nada los pies, cuando se mojan porque te calas vivo y cuando hace calor porque te achicharran los pies y te provocan ampollas. Pero ahí sigo. Cuando las veo en un escaparate pienso “jo, qué monas”. Y ya he picado muchas veces como para volver a tropezar en la misma piedra (y nunca mejor dicho). 
Pero hay que admitir que tienen un marketing estupendo. Que todos los fabricantes las copian pero ninguno logra hacerlas peor que el original. Porque ya me diréis qué otras “Converse” se deforman antes, a qué otras “Converse” se les retuerce la lengüeta con mayor facilidad o qué otras “Converse” se abren y rasgan antes por todos lados. Son un truño pero aún así son las bambas que más abundan, las que más se ven por la calle y que luego comentas con sus propietarios y todos se cagan en ellas. 
Pues eso, que ahí va mi grito desesperado y mi queja descorazonada hacia ese icono de la moda que tantas visitas al fisio me ha provocado. 
Y lo peor de todo es que antes he visto a una tipa por la calle que llevaba unas ideales y he estado a punto de caer en la tentación de hacerme con otras nuevas. 
Y eso que la tía cojeaba...



viernes, 9 de septiembre de 2011

El Habito no Hace al Monje: La Piel que Habito

Pues sí, ya he visto “La piel que habito”. Anoche estuve a punto de ponerme a escribir mi sensación, pero preferí esperarme a hoy para digerirla bien. Y si ayer salí entusiasmado del cine hoy todavía lo estoy más. Me parece una peli sorprendente y arriesgada. Desde luego el que vaya a verla esperando ver al Almodóvar de siempre se va a llevar un chasco de cojones. Y me parece sorprendente y arriesgada porque, a mi modesto entender, Almodóvar se ha despojado de todo lo que el gran público le pide que haga y ha hecho lo que realmente le ha salido del toto. Aún así es un peli totalmente Almodovariana, que conste. La historia que narra es muy suya aunque no la cuente de la forma que el gran público espera. Y me gusta que no caiga en sus propios tópicos, ni haga concesiones a la taquilla; que para él sería muy fácil meter cameos de Rossy de Palma o similares o incluir escenas con diálogos delirantes. Almodóvar renuncia a todo eso y cuenta una historia muy suya de una manera totalmente diferente. Que me imagino que el hombre debe estar hasta las narices de que la gente le diga qué peli tiene que hacer y cómo la tiene que contar. “La piel que habito”, y él mismo se ha hartado de decirlo, es la peli que le apetecía hacer y ha dejado bien claro que al que le guste bien y al que no, pues también. Y ahí van para él todos mis bravos y aplausos porque, como excelente creador que es, ha dado un golpe en la mesa y ha dado un paso hacia delante aún sabiendo que la mayoría del público y la crítica en general no lo iba a aceptar. 
Y sobre ese gran público y esa crítica también me gustaría decir algo: llevo días escuchando y leyendo comentarios y calificativos absolutamente destructivos sobre “La piel que habito”. Antes de verla ya me parecían totalmente desmedidos porque todos sabemos que éste es un país que destruye descarnadamente todo lo que los grandes talentos hacen. Aquí la mayoría se siente con el privilegio de calificar de “mierda” o “bodrio” la obra de alguien cuando habría que ver qué talento tienen esos mismos para lo que sea. Probablemente ninguno, que la ignorancia es muy atrevida y la mediocridad todavía más. Y Almodóvar tiene más que demostrado su arte y su talento para que seres absolutamente ignorantes y mediocres, en su mayoría, tengan la osadía de calificar a la película como “El truño que habito” o lindezas similares. Si la mayoría que va a ver sus películas espera encontrarse con Loles León o Bibiana Fernández haciendo de travestis o metidas en situaciones típicamente “almodovarianas”, que revisen su filmografía anterior, que ahí podrán ver las pelis de Almodóvar que esperan ver. Pero vamos, que al final ese mismo público que se sabe de “pe” a “pa” (y nunca mejor dicho) todos los diálogos de sus películas, que se vean también “Transformers 2” o “La boda de mi mejor amiga” que seguro que las disfrutarán muchísmo más que “La piel que habito”.
Que no se hizo la miel para la boca del asno…

miércoles, 7 de septiembre de 2011

La Piel que Incito

Pues no, todavía no he visto “La piel que habito”. Y estos días me resulta prácticamente imposible no escuchar o leer comentarios sobre la película por mucho que quiera evitarlos para ir virgen a verla. Cualquier mariquita que se precie ya la ha visto y hasta ha hecho su crítica personal. Como siempre los estrenos de Almodóvar son un acontecimiento entre la comunidad gay, aunque luego muchos le pongan a parir con críticas espeluznantes y otros muchos le defiendan como si les fuera la vida en ello.  Y esto me recuerda mucho a cuando hay un partido del Madrid-Barça. En la tele, en la prensa, por la calle, en el curro todo el mundo habla de ello. Es un acontecimiento para la comunidad heterosexual (y en una pequeña parte para la gay) y es imposible no enterarte de quién ganó o quién chutó una falta en el minuto 23 de la segunda parte. Y eso, curiosamente, molesta muchísimo a  infinidad de mariquitas que llevan una semana machacando sus opiniones sobre la “La piel que habito”. Sí, esos mismos mariquitas a los que se les llena la boca hablando de la peli, son los mismos que dicen no soportar el futbol y manifiestan no entender cómo puede interesarle a tanta gente ver a unos tíos corriendo detrás de una pelota. Me imagino que estos días cualquier hetero (no hago referencia a las bollos porque son muy desmedidas y les interesa tanto un Madrid-Barça como la última peli de Almodóvar) debe estar harto de escuchar y leer opiniones sobre “La piel que habito”. Supongo que tampoco entenderá que los mariquitas no hablen de otra cosa y que se puedan pasar horas comentando si el final de la peli es el adecuado o no. Lo curioso es que no escucho a ningún hetero quejarse sobre el tema. Aceptan que eso es así y no lo critican. Ellos van a lo suyo y dejan a cada uno con sus aficiones. Pero la mariquita media en eso es mucho más intolerante; cuando hay un acontecimiento futbolero se pone como una hiena y no es raro escuchar comentarios tipo “¿Es que sólo interesa el futbol en este país?”, “¿Podéis dejar de hablar del puto futbol?” o “¡Estoy hasta los cojones del Madrid-Barça!”. Intuyo que si algún hetero opinara de la misma manera sobre el estreno de la peli de Almodóvar, muchas  mariquitas pondrían el grito en cielo, otras hasta se sentirían ofendidas y algunas hasta aplicarían términos como “discriminación” u “homofobia”. Y al final resulta que el colectivo gay, que tanto saca pecho de ser tan abierto y tolerante, es el que menos respeta el gusto y aficiones de los demás. 
Y no quiero decir nada cuando Madonna saque su próximo disco… Que Almodóvar y Madonna son como la Champion y el Mundial del mundo gay. 
Ah, y de esta semana no pasa que voy a ver “La piel que habito”. Y hasta daré mi opinión… 
¡Qué coño!

lunes, 5 de septiembre de 2011

¿CongelARTE o DescongelARTE?

Adelita es una cabeza loca. Adelita siempre tiene mil y una ideas que le rondan la cabeza desde que se levanta hasta que se acuesta. Adelita es un no parar de crear. Adelita lo mismo te pinta un cuadro, que te escribe un poema, que te interpreta a una gimnasta búlgara en un drama polaco que se te saltan las lágrimas, como te compone y escribe una bonita canción. Adelita es lo más. Y ella lo sabe. Muchos le dicen en broma que es como una Ana Obregón cualquiera. Pero eso a Adelita le cabrea muchísimo. Adelita tiene un talento innato para las artes, pero la naturaleza y los quirófanos no le han colocado dos grandes tetas con las que abrirse cualquier puerta. Adelita, además, tiene pudor. Adelita cuando crea se deja la piel en ello. Adelita lo hace porque es lo único que sabe hacer y porque le sale de dentro. Cuando escribe, compone, pinta o interpreta lo hace con las vísceras, con el estómago. Adelita no piensa primero en el aplauso y el éxito y luego crea algo con el único objetivo de conseguirlos; Adelita crea porque lo siente así. Y siente una vergüenza tremenda cada vez que su obra llega al público. Adelita siente como que se desnuda cada vez que lo hace. Y odia que la comparen con Ana Obregón porque precisamente ella es todo lo contrario a lo que la actriz, guionista, productora, vedette y bióloga hace. Y a Adelita le duele todavía más esa comparación porque sabe que hoy en día tiran más dos tetas que todo el talento del mundo. Si Adelita quisiera vivir de su talento sabe que tendría que operarse enterita. Y además Adelita tiene otro problema: no se sabe relacionar. Que para conseguir que un talento sea reconocido y se abran puertas, además de poseer dos tetas como dos balones de Nivea, es imprescindible saberse relacionar. Pero no vale relacionarse con cualquiera. Adelita ya tiene muchos amigos que, como ella, siguen sin salir adelante porque no saben relacionarse con las personas adecuadas. Y en el mundo de las artes, así en general, la gente que suele mover los hilos es la gente que menos “arte” suele tener. Suele ser gente a la que le motiva mucho más el dinero y el éxito que el arte en sí. No les interesa que una historia te llegue si no da dinero en taquilla. No les interesa que una canción sea una obra maestra si no se coloca en los primeros puestos de superventas. Y Adelita está triste. Adelita cree que no ha nacido en la época que le corresponde. Pero Adelita, como buena artista y creadora que es, es una idealista. Adelita confía que algún día tanto ella como todos sus amigos y conocidos con talento sean reconocidos. En otras épocas así ha sido. ¿Por qué no puede volver a suceder? Pero mientras tanto, para poder comer, porque es lo único que sabe hacer, Adelita pinta cuadros de Audrey Hepburn, escribe textos para una infame revista de cotilleo, interpreta a la niña de El Exorcista en un parque de atracciones y compone algún que otro jingle para spots de publicidad. Y eso le da tiempo para crear lo que ella cree que tiene que crear. Que el talento no está reñido con ser práctica. 
¿O sí?