martes, 12 de julio de 2011

Canis al Aire

La maruja, en verano, explota. Después de estar todo un invierno vistiéndose con prendas anodinas de colores oscuros, con la llegada del calor se vuelve loca. Las menos atrevidas se envuelven en una batita fresquita y un zapatito cómodo. Pero la maruja más inquietante es la que se siente “moderna”. Este tipo de maruja huye de la batita tradicional y lo suyo son los estampados imposibles. Hay cuatro tipos de estampados que esta maruja consume principalmente: 
a) El floreado: Cualquier tipo de flor, mientras sea gorda, vale. Da igual que sea de parterre o de la Polinesia; lo importante es que sea muy colorida y explosiva. 
b) Los lunares: Tradición ante todo. El lunar negro sobre fondo blanco o lunar blanco sobre fondo rojo o negro son los dos grandes básicos que cualquier maruja que se precie debe tener en su fondo de armario. 
c) Los motivos geométricos y/o/u indefinidos y/o/u abstractos: Aquí vale todo. Desde un manchurrón amorfo a una inspiración Kandinskiana, la maruja que se atreve con este tipo de estampado transgresor nos está diciendo que vivió muy de cerca los 80’s. 
d) Flores+topos+motivos geométricos: Esta es sin duda la opción más arriesgada y hay que ser muy moderna para atreverse a ello. Representa la radicalización de la maruja.
Está claro que la maruja que osa ponerse un estampado de clase "d" es totalmente antagónica a aquella maruja que se viste sólo con la batita tradicional. Intuyo grandes batallas dialécticas entre ellas y me arriesgaría a decir que la primera se siente más de Telecinco y la otra más de Antena 3. Posturas irreconciliables y dura batalla que ríete tú de “Aliens Vs. Predators”. Eso sí, sea de la clase que sea el estampado, estas prendas siempre son de lo más simple. Como dice un amigo mío estilista “son un cacho de tela con cuatro agujeros”. Y las faldas rectas, bien calzadas bajo las tetas, y con un poquito de vuelo para que se les refresque la entrepierna. El tobillo hinchado combinado con zapatito cómodo o sandalita con pelín de cuña en su defecto, son imprescindibles. 
Pero todo esto va a cambiar. 
La llegada de la choni en los noventas que posteriormente a evolucionado a cani está revolucionando todo este panorama “marujístico”. Así como la maruja de toda la vida es muy dada a la sobriedad y una cuestionable discreción, la cani es escandalosa e histriónica hasta el paroxismo. Además la cani ha incluido en sus estilismos algo que la maruja no habría incluido JAMÁS: El tatoo y el piercing. Por no hablar de las prendas extra ajustadas, los taconazos imposibles, el despliegue de brillos plasticosos, el abuso de complementos doraos, maquillajes carnavalescos y el dudoso afán de mezclar prendas que presumiblemente se dan de hostias entre sí. Pero lo más inquietante de todo es que la cani es la heredera natural de la maruja tradicional de toda la vida. Mal que le pese, es la evolución lógica de este tipo de especie. Y ahí viene mi cuestión; una cuestión inquietante pero no por ello inevitable: ¿Qué tipo de maruja/cani veremos por la calle o en el metro dentro de treinta años? ¿Se extinguirá la maruja de estampados de clases "a", "b", "c" y "d", o incluso la de la batita, para dar paso a una nueva especie que resurgirá con una nueva clasificación de estampados? ¿Esas marujas del futuro dejarán de llamarse “María”, “Paqui” o “Reme” para llamarse “Jessy”, “Samantha” o “Melody”? ¿Se mantendrá siempre esa clasificación de estampados pero combinados con tatoos y piercings en el labio o en el rabillo del ojo? 
No lo sé. 
Y me inquieta. 
Y si Darwin viviera hoy también estaría en un sinvivir. 
O se habría hecho bakala. 
Que menuda sería la Darwin…