El otro día me pasaron este video. Aconsejo verlo porque es de lo más delirante y absurdo que he visto últimamente. Y hoy, día del nacionalismo español, viene que ni pintado para entender cómo se interpreta la cultura hispana en Estados Unidos. Claro que en este caso está más centrado en la cultura mejicana que en la española. Que ya sabemos que los yanquis son muy de mezclarlo todo, que lo mismo les da que seas argentino, mejicano, boliviano o español que para ellos somos todos lo mismo. Y eso a determinados nacionalistas españoles de raza les molesta muchísimo. Porque aunque todos hablemos el mismo idioma les parece de una ignorancia y una incultura absoluta comparar a un españolito de Valladolid con un ecuatoriano de Quito. Que para muchos españolitos aún hay clases y los españoles seguimos siendo “La Madre Patria”. Que los españoles somos europeos, que nuestra raza y cultura fue la que hizo grandes a los sudamericanos y que, por lo tanto, nos merecemos una distinción y un respeto. Pero curiosamente no todos los españoles quieren ser españoles. Y eso para un nacionalista español, que está orgulloso de que su lengua y su cultura la compartan millones de personas en todo el mundo, no le entra en la cabeza. No le entra en la cabeza que dentro de su misma España existan otros españoles que no se sientan orgullosos de serlo. Y no entienden que no quieran formar parte de esa gran raza que ha conquistado medio mundo. Que para ellos ser grande es sólo una cuestión de número, de estadística. Que para qué defender un idioma y una cultura que comparten “cuatro gatos” cuando pueden formar parte de un imperio lingüistico. Que para ellos los vascos, los catalanes o los gallegos representan lo mismo que para los yanquis los argentinos, los mejicanos o los bolivianos. Que les da igual el idioma o la cultura que tengan porque para ellos todos somos, ante todo, españoles.
Y esto, por extensión, es aplicable a cualquier nacionalismo sea del color que sea.
Y esto, por extensión, es aplicable a cualquier nacionalismo sea del color que sea.
El final de la segunda parte de “Que hora es” (abajo) es muy significativo: Y es que cuando no entiendes y tampoco tienes ganas de entender a los que no son como tú o piensan de manera diferente a ti lo mejor es eliminarlos. Que de eso sobreviven los grandes nacionalismos.
Ah, ¡Y viva la Vírgen del Pilar! (que ésta, además, no quería ser francesa. La muy cuca).
me voy a tener que hacer un bloggggg!!
ResponderEliminarAsi
pos ya estás tardando tía!!!!!!!
ResponderEliminarIncomprensiblemente incomprendidos!! Asi somos todos en algún momento! Un abrazo wapo!
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