Definitivamente el programador de pelis del AVE es un hijo de la gran puta. Otro vez más me la ha vuelto a jugar el muy cabrón. Pero hoy se ha superado. He de decir que mientras escribo este post voy en el AVE de vuelta a Madrid con una peli insufrible de fondo que, por cierto, es la tercera vez que echan en tres semanas seguidas (el programador del AVE además de hijo puta es un psicópata que amortiza sus torturas semana tras semana). Pero la película que quiero comentar es la que nuestro “amigo” nos ha cascao a las siete y media de esta misma mañana. Se trataba de una de esas que se titula “La boda de su lo que sea” y que es de lo peor que he visto desde “Spanish Movie” (salvando a mi adorada Silvia Abril que defiende lo indefendible y siempre brilla por su impagable talento como actriz). Pues eso, que “La boda de su puta madre” en cuestión es una comedia romántica (un género inventado y que por mí se podrían haber ahorrado), protagonizada por actores que no conocen ni en su casa y con cameos estelares de, nada más y nada menos, Anjelica Huston, Danny de Vito y Don Johnson. Bueno, lo del nada más y nada menos sólo tendría que ir por Anjelica Huston, pero es todo tal despropósito en esta película que Danny y Don se elevan a la altura (en el caso de Danny difícil) de grandes como Marlon Brando o Laurence Olivier. Respiras aliviado cuando les ves en la pantalla, de verdad. Eso sí, Don se ha puesto tanto botox que parece la madre de Scarlett Johansson, pero da igual, hasta eso le perdonas al muchacho. El argumento del peliculón es super novedoso: rubia imbécil y solterona empedernida que vive volcada en su trabajo y que así no encuentra novio ni a la de tres. Argumentazo. Pues va y resulta que su hermana pequeña acaba de conocer a un italiano y se va a casar con él en Roma. Por supuesto el italiano es un morenazo que está pa cagarse, que ríe mucho, que gesticula mucho, que besa mucho, que folla mucho, que pasea a cabras por las calles de Roma (sí, sí, a cabras, que a los yanquis lo de Italia les debe sonar como muy a rural), que conduce un 600, y que toda su familia, en la boda, son un cúmulo de tradiciones estúpidas y supersticiones absurdas. Todos gritan mucho, gesticulan mucho, y bailan como una especie de danzas eslavas con aires rumanos interpretadas por mandolinas que ejecutan vestidos con trajes que son un cruce entre el de lagarterana y el de pastora turca. Me imagino que es así como los yanquis ven una tarantella. Pero tampoco hay que ponerse exquisitos. Que los americanos son así, que hay que dejarles. Que su visión de cualquier país del mundo, excepto del suyo, es de todo menos documentada. Bueno, la verdad es que no sé por qué cuento todo el argumento de semejante bodrio. Aunque es para contarlo. Mira, ya puestos la rubia imbécil en cuestión va a Roma y en la boda de su hermana conoce a un americano guapísimo (aunque más tonto que ella todavía). Y la rubia imbécil, por no sé qué hostias, no sabe si enamorarse de él o qué. Y con ese ahora sí, ahora no, se tiran hora media hasta que follan y se casan. Pero lo peor de todo no es la película, no. Eran las dos tías que llevaba en los asientos de atrás que se meaban literalmente con TODO y de TODO. Y que sufrían de amores cuando la rubia imbécil sufría. Mu fuerte. Porque lo que me parece mu fuerte es que este tipo de películas denigran e insultan a las mujeres. Se las trata de estúpidas, de imbéciles y de cretinas y a muchas de ellas parece que les encanta. Por lo visto el único leit motiv en la vida de muchas de ellas es casarse, montar un bodorrio y dejarlo todo por un marido estupendo que ellas creen que les será fiel hasta el día en que se mueran. De hecho una frase que repite varias veces la rubia imbécil es mu jevi y toda una declaración de principios: “El hombre de mi vida será el que me haga sentir que es más importante que mi trabajo”. Ahí es ná. Y se queda tan ancha. Con todo su coño. Y lo peor es que estas pelis, o series como “Sexo en Nueva York”, venden la imagen contraria, la de mujeres independientes, que follan con quien quieren, que se gastan una pasta en ropa y chuminadas, pero que son unas eternas atormentadas hasta que no se casan y lo dejan todo por un marido. Y lo que todavía entiendo menos es que las dos tías de los asientos de atrás, dos ejecutivas pa más inri, sufrieran como propias las desventuras e insultantes experiencias de la rubia imbécil. Por cierto la peli de ahora, la que está de fondo mientras escribo este post, la que echan por tercera vez, se titula “Los fantasmas de mi ex novia”. Y sí, también va de bodas. En esta ocasión chica modosi quiere casarse con golfo incorregible y no desistirá hasta que lo consiga. Y lo consigue. Pero el que más consigue salirse con la suya en toda esta historia es el hijo puta del programador del AVE. Que no sólo es un psicópata cabrón si no que además es un misógino. O no. A lo mejor es un machista. O lo que le gusta es cachondearse del sexo femenino. O las tres cosas. O a lo mejor es un solterón y lo que quiere es pillar novia poniendo películas así a modo de cebo. O a lo mejor lo es todo a la vez. Lo que sí está claro es que este hijo de la gran puta nos intenta decir algo. O no. Sea lo que sea a mí este tipo me da mucho miedito. Mucho.
Sale de ese tren! Huye mientras puedas! Abre la escotilla y salta! No importa la velocidad! Es mejor saltar! Al menos alguien se reira en el tren... jajaja Y si no tira del cable de emergencia a lo Jack Lemmon en Some Like it Hot. No puedo imaginar el terrible tormento de mierda que esta recibiendo tu cerebro creativo... voy a llamar a la ONU!
ResponderEliminarjajajajaajajaj no te apuedes hacer idea!!! Me siento como Jodie Foster en la habitación del pánico mezclado con ese bodrio titulado "imparable"!!!
ResponderEliminarTienen un repertorio muy variopinto. Bajo mi experiencia he pasado de ver "Slumdog millionaire" recién salidita en aquel entonces a "Ejecutiva en apuros"; el título de la última lo dice todo xD
ResponderEliminarJAJAJAJAJAJA es que las hay que piensan que la liberación de una mujer consiste en llevar un ipod y un traje estupendo e ir a una reunión fuera de su ciudad... pero que no se engañen. Yo les recomiendo, antes que esas pelis, Una conejita en el campus.
ResponderEliminarHe dicho
Una Conejita en el Campus es CINE con mayúsculas y ejemplo vivo de liberación de la mujer!!! jajajaja
ResponderEliminarYa, vale, pues a mi me han apedreado (verbalmente) por decir que las de Sexo en Nueva York no son modernas, son gilipollas, o por cagarme en la madre que parió a Bridget Jones, dos grandes éxitos entre la población femenina, pero entre la gay también. Claro que más fuerte aún es que, después, los de Planeta me pidieran eso que llaman una novela "chick lit". Qué asco.
ResponderEliminarEn serio? Qué fuerte y qué asco!
ResponderEliminarTe lo juro.
ResponderEliminarVamos pa atrás, aunque muchos crean que vamos pa'lante, vamos pa atrás. Qué triste...
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