viernes, 30 de septiembre de 2011

Ciao Italia!


Paolo Rumi, un amigo muy combativo y con mucho sentido del humor que he conocido gracias a Facebook, ha traducido al italiano mi post "Enmediocres". Con mucho acierto da su visión de la Italia de Berlusconi y de la situación en la que se encuentra ahora nuestro país. La mediocridad, desgraciadamente, es un mal universal.
Aquí tienes el enlace al blog de Paolo:
http://radiopavlov.blogspot.com/2011/09/mediocrita-aurea.html

miércoles, 28 de septiembre de 2011

Enmediocres

En el curro siempre existe un personaje que nadie entiende por qué está ahí. Suele ser una persona que pone en evidencia su ineptitud desde el minuto uno, pero ahí sigue. Y todos los de su alrededor se preguntan cómo es posible que haya llegado hasta ahí o, peor todavía, quién lo ha colocado ahí. Pero hay que estar muy alerta porque estos personajes son muy peligrosos. Todo lo que no tienen de conocimientos sobre el curro que desempeñan lo tienen en saberse manejar entre los jefes. Son como reptiles que actúan sibilinamente y que cuando ven que su ineptitud puede quedar en evidencia, saltan, muerden y envenenan. Y para esto son unos verdaderos maestros. Como saben que no tienen ni idea del curro que desempeñan han tenido que desarrollar otras facetas que incluyen saberse desenvolver en el ámbito laboral a través del peloteo más descarado y el arrime más provechoso. Que todo lo que no tienen de talento profesional lo tienen para saberse meter en un bolsillo a quien se tienen que meter. Y se lo meten. Y si tú tienes cerca a uno de estos personajes ándate con cuidado. Que no te note que has descubierto su absoluta mediocridad, porque como te lo note actuará como un animal que se siente acorralado y te atacará. Y te atacará con sus armas, es decir, acudiendo a sus jefes con la intención de derribarte porque desde ese mismo instante te has convertido en seria una amenaza para él. Saber más que él o tener las cosas más claras que él pueden ser tu tumba profesionalmente hablando. Que lo lógico sería lo contrario, sí. Que lo lógico sería que cuando llegaras a un curro te encontraras con personajes que conocen y saben desempeñar su trabajo. Que lo lógico sería que los jefes, los que están arriba, fueran los primeros en valorar todo eso. Pero está claro que no es así. Cada vez conozco a más gente que se queja, precisamente, de lo contrario. A gente que se queja de la cantidad de mediocres que tiene trabajando a su lado. A gente que se queja de tener unos jefes que no saben lo que quieren. A gente que se queja de tener unos jefes que no saben lo que quieren y que se rodean de gente absolutamente inepta. A gente que se queja de gente inepta que se aferra a su silla. Y también escucho a mucha gente decir que no encuentra trabajo. A gente muy válida, muy competente, con mucho talento, que sigue en la puta calle desde hace mucho, mucho tiempo. Y claro, con este panorama, ¿qué jefe de éstos va a saber valorar a alguien con talento cuando ellos son los primeros que no lo tienen? Al final, pues lo de siempre: Dios los cría y ellos se juntan. Y parece que los tiempos de crisis, para colmo, les benefician. 
Me he puesto un poco Norma Rae, pero es que estoy hasta el toto de ver a tanta gente con talento sobreviviendo como puede y a tanta gente mediocre viviendo de la sopa boba.

lunes, 19 de septiembre de 2011

Los Antros de Salud de Espe

A pesar de estar en una etapa super buen rolliza he empezado la semana que cágate lorito. 
Empiezo: Anoche me abro un perfil en Linkedin por eso de dar una utilidad profesional a eso de las redes sociales. Que lo de Facebook y Twitter está muy bien, pero no deja de ser una frivolité. Pues nada, que me pongo a ello, y como uno es un pelín obsesivo hasta que no dejé el perfil acabado no paré. Y claro, de repente veo que es tardísimo y me voy a la cama. Y ahí empieza el tormento: Resulta que al Centro de Salud Mental de la Comunidad de Madrid en Lavapiés, que está a pocos metros de mi casa (no sé si será una indirecta de la vida), se le salta la alarma. Pero no es una alarma cualquiera, es una especie de sirena compulsiva, histérica y desquiciante provista de una amplísima gama imposible de tonos agudísimos que te perforan el cerebro. Ideal para un Centro de Salud Mental. ¡¡Y en la calle Cabeza!! Y uno que empieza a dar vueltas en la cama intentado dormirse. Y nada. Pasa el tiempo y la alarma sigue sonando. Y a esas horas de la madrugada el sonido es tan omnipresente que se te mete en el cerebro y no se va. Y lo peor de todo es que el hijo de puta que diseñó tan satánico invento dejó un intervalo de cinco minutos de silencio para que uno se creyera que ese infierno había terminado. Así que cada cinco minutos uno intenta conciliar el sueño a toda hostia, a contrarreloj, antes de que se vuelva a disparar el engendro. Y claro, así, tan relajadamente, uno no se duerme ni a la de tres. Y pasan las horas, y comienza a amanecer, y la alarma que sigue sonando. Y piensas: ¡¿Es que nadie va a parar eso nunca?! Pero de inmediato se detiene cinco minutos más y aprietas los ojos para intentar dormirte a toda leche. Pero tan agobiado y tan tenso como la goma de un tanga, al cerrar los ojos sólo veo la página de Linkedin (mal día para abrirme ahí un perfil y tirarme tanto tiempo delante de la pantalla del ordenador). Y que me levanto. Que me fumo un cigarro. Que me vuelvo a acostar. Y la alarma otra vez. Me pongo música con los cascos (un poco gordos como para dormirte con ellos puestos y eso que me puse algo así muy tranquilito de Morcheeba). Pues nada. Que me quito los cascos. ¡Y la alarma continúa! ¡Y ya es de día! Me levanto. Decido ducharme y bajarme a la calle para soltarle cuatro frescas a los del Centro de Salud Mental. El de la calle Cabeza...
Ojeroso y con una cara que da pena me bajo a la calle y me encuentro a más gente que, como yo, tampoco ha pegado ojo en toda la noche. Todos ojerosos, con tics nerviosos por culpa del insomnio y con pelos de locos empezamos a desahogarnos entre nosotros insultando a la Comunidad de Madrid, a Espe y a todo el que se nos cruza por la mente. Gente que está asomada a los balcones, con ganas incluso de tirarse al vacío por la desesperación, dice que la policía vino a las cuatro de la mañana pero que tanto la empresa responsable de la alarma como la Comunidad de Madrid no quisieron darles la llave para poder entrar al centro y pararla de una puta vez. Así que después de esa noticia tan desalentadora decidimos que todos los vecinos tenemos que poner denuncias a todo quisqui. Y me vuelvo a casa. Sin haber dormido nada, hecho un asco. Y con la alarma todavía sonando de fondo. ¿Y qué hago? Engancharme de nuevo a Linkedin para ver si de nuevo, con otra dosis obsesiva, dejo de escuchar la puta alarma de una vez. 
Y hasta me he hecho el perfil en inglés. 
Y porque por fin han parado la alarma, que si no hasta en Pekín se enteran de que soy guionista. 
Ah, y me he comprado unos tapones en la farmacia.

jueves, 15 de septiembre de 2011

Desesperanza y Gracia


Cuidadito con lo que deseas. Que cuando a uno no le van bien las cosas y se lamenta de la mala suerte que tiene parece que el universo se confabula para que las cosas le vayan aún peor. Pensar que tu pareja te va a dejar, que te van a echar del curro o que no lo vas a encontrar jamás puede ser un imán para que todo eso se vaya haciendo realidad. No creo en absoluto en los libros de autoayuda o en las predicciones astrológicas, pero sí creo firmemente en la predisposición que tiene cada uno ante la cosas. Los libros de autoayuda o el horóscopo son “engañabobos” que sólo dicen obviedades que queremos escuchar. Y sólo son un arma para los más desesperados que ya no saben cómo actuar frente a determinadas situaciones. Que lo que nos dicen es lo que en el fondo todos ya sabemos pero que cuando lo leemos en un libro o lo dice Esperanza Gracia por televisión lo tomamos como si fuera palabra divina. Es psicología barata pero que en muchos casos nos ayuda a reaccionar y cambiar nuestra predisposición ante un problema que nos inquieta, nos atormenta o nos perturba.
Así que cuidadito con lo que deseas. 
O no. Porque si en vez de pensar en todo lo malo que te pasa tienes más en cuenta la bueno parece que el universo se confabula también de la misma manera. Que todos hemos pasado por momentos buenos. Y cuando los vivimos parece que todo nos sale como queremos y sin hacer, aparentemente, nada porque salga así. De todas maneras siempre tendemos a ver más siempre lo chungo que lo positivo. Que nos gusta regodearnos en ello. Que cuando las cosas nos van bien decimos “estoy en un momento de puta madre” o “estoy en racha”, pero cuando las cosas nos van mal decimos que “nuestra vida es una mierda” o “todo me va mal”. Vamos, que cuando nos va mal TODO lo vemos chungo y cuando nos va bien nosotros mismos lo limitamos a un momento breve de nuestra vida. 
Me da que hoy me he levantado un poco cursi y gurú barato. Pero es que últimamente he empezado a tomarme las cosas con menos dramatismos, a confiar más en mi y, oye, que las cosas me están viniendo de cara. Que no soy yo de dar consejos y mucho menos de montar un consultorio, pero creo que compartirlo es sano y no está de más. 
Que sí, que estoy muy Heidi, que doy asco. 
Bueno asco no, que a ver si por decirlo el universo se me ralla y se me jode el invento…



lunes, 12 de septiembre de 2011

Icoño de la Moda

Hoy podría escribir sobre el 11S, sobre el casting de “Acorralados”, sobre la fuga nuclear en Francia o sobre el acoso al clan Mohedano. Temas interesantísimos, profundísimos y de inevitable calado social, pero no; hoy le dedico este post a algo muchísimo más importante y que me viene retorciendo y jodiendo, literalmente, la vida. ¿Y qué es eso? Las “Converse”. Sí, las “Converse” o las “All Star” de toda la vida. Unas bambas que son tan monísimas como carísimas (y eso de “bamba” es un término utilizado en Cataluña y que me niego a sustituir por “deportivas”, “calzado deportivo” o “playeras” utilizado en otras zonas de España y que me parecen términos horrorosos a la par que poco útiles). Y lo peor de todo es que llevo toda la vida utilizándolas. Y la verdad es que, además, son una mierda tremenda. Uno termina siempre comprándose unas, pero al tiempo se vuelve a acordar que no duran nada, que son incomodísimas tanto para caminar como para hacer deporte, que te joden la espalda y los riñones como ningún otro calzado y que encima pagas la “marquita” dejándote un ojo de la cara por algo que sólo aporta disgustos a tu vida; cuando hace frío porque no te abrigan nada los pies, cuando se mojan porque te calas vivo y cuando hace calor porque te achicharran los pies y te provocan ampollas. Pero ahí sigo. Cuando las veo en un escaparate pienso “jo, qué monas”. Y ya he picado muchas veces como para volver a tropezar en la misma piedra (y nunca mejor dicho). 
Pero hay que admitir que tienen un marketing estupendo. Que todos los fabricantes las copian pero ninguno logra hacerlas peor que el original. Porque ya me diréis qué otras “Converse” se deforman antes, a qué otras “Converse” se les retuerce la lengüeta con mayor facilidad o qué otras “Converse” se abren y rasgan antes por todos lados. Son un truño pero aún así son las bambas que más abundan, las que más se ven por la calle y que luego comentas con sus propietarios y todos se cagan en ellas. 
Pues eso, que ahí va mi grito desesperado y mi queja descorazonada hacia ese icono de la moda que tantas visitas al fisio me ha provocado. 
Y lo peor de todo es que antes he visto a una tipa por la calle que llevaba unas ideales y he estado a punto de caer en la tentación de hacerme con otras nuevas. 
Y eso que la tía cojeaba...



viernes, 9 de septiembre de 2011

El Habito no Hace al Monje: La Piel que Habito

Pues sí, ya he visto “La piel que habito”. Anoche estuve a punto de ponerme a escribir mi sensación, pero preferí esperarme a hoy para digerirla bien. Y si ayer salí entusiasmado del cine hoy todavía lo estoy más. Me parece una peli sorprendente y arriesgada. Desde luego el que vaya a verla esperando ver al Almodóvar de siempre se va a llevar un chasco de cojones. Y me parece sorprendente y arriesgada porque, a mi modesto entender, Almodóvar se ha despojado de todo lo que el gran público le pide que haga y ha hecho lo que realmente le ha salido del toto. Aún así es un peli totalmente Almodovariana, que conste. La historia que narra es muy suya aunque no la cuente de la forma que el gran público espera. Y me gusta que no caiga en sus propios tópicos, ni haga concesiones a la taquilla; que para él sería muy fácil meter cameos de Rossy de Palma o similares o incluir escenas con diálogos delirantes. Almodóvar renuncia a todo eso y cuenta una historia muy suya de una manera totalmente diferente. Que me imagino que el hombre debe estar hasta las narices de que la gente le diga qué peli tiene que hacer y cómo la tiene que contar. “La piel que habito”, y él mismo se ha hartado de decirlo, es la peli que le apetecía hacer y ha dejado bien claro que al que le guste bien y al que no, pues también. Y ahí van para él todos mis bravos y aplausos porque, como excelente creador que es, ha dado un golpe en la mesa y ha dado un paso hacia delante aún sabiendo que la mayoría del público y la crítica en general no lo iba a aceptar. 
Y sobre ese gran público y esa crítica también me gustaría decir algo: llevo días escuchando y leyendo comentarios y calificativos absolutamente destructivos sobre “La piel que habito”. Antes de verla ya me parecían totalmente desmedidos porque todos sabemos que éste es un país que destruye descarnadamente todo lo que los grandes talentos hacen. Aquí la mayoría se siente con el privilegio de calificar de “mierda” o “bodrio” la obra de alguien cuando habría que ver qué talento tienen esos mismos para lo que sea. Probablemente ninguno, que la ignorancia es muy atrevida y la mediocridad todavía más. Y Almodóvar tiene más que demostrado su arte y su talento para que seres absolutamente ignorantes y mediocres, en su mayoría, tengan la osadía de calificar a la película como “El truño que habito” o lindezas similares. Si la mayoría que va a ver sus películas espera encontrarse con Loles León o Bibiana Fernández haciendo de travestis o metidas en situaciones típicamente “almodovarianas”, que revisen su filmografía anterior, que ahí podrán ver las pelis de Almodóvar que esperan ver. Pero vamos, que al final ese mismo público que se sabe de “pe” a “pa” (y nunca mejor dicho) todos los diálogos de sus películas, que se vean también “Transformers 2” o “La boda de mi mejor amiga” que seguro que las disfrutarán muchísmo más que “La piel que habito”.
Que no se hizo la miel para la boca del asno…

miércoles, 7 de septiembre de 2011

La Piel que Incito

Pues no, todavía no he visto “La piel que habito”. Y estos días me resulta prácticamente imposible no escuchar o leer comentarios sobre la película por mucho que quiera evitarlos para ir virgen a verla. Cualquier mariquita que se precie ya la ha visto y hasta ha hecho su crítica personal. Como siempre los estrenos de Almodóvar son un acontecimiento entre la comunidad gay, aunque luego muchos le pongan a parir con críticas espeluznantes y otros muchos le defiendan como si les fuera la vida en ello.  Y esto me recuerda mucho a cuando hay un partido del Madrid-Barça. En la tele, en la prensa, por la calle, en el curro todo el mundo habla de ello. Es un acontecimiento para la comunidad heterosexual (y en una pequeña parte para la gay) y es imposible no enterarte de quién ganó o quién chutó una falta en el minuto 23 de la segunda parte. Y eso, curiosamente, molesta muchísimo a  infinidad de mariquitas que llevan una semana machacando sus opiniones sobre la “La piel que habito”. Sí, esos mismos mariquitas a los que se les llena la boca hablando de la peli, son los mismos que dicen no soportar el futbol y manifiestan no entender cómo puede interesarle a tanta gente ver a unos tíos corriendo detrás de una pelota. Me imagino que estos días cualquier hetero (no hago referencia a las bollos porque son muy desmedidas y les interesa tanto un Madrid-Barça como la última peli de Almodóvar) debe estar harto de escuchar y leer opiniones sobre “La piel que habito”. Supongo que tampoco entenderá que los mariquitas no hablen de otra cosa y que se puedan pasar horas comentando si el final de la peli es el adecuado o no. Lo curioso es que no escucho a ningún hetero quejarse sobre el tema. Aceptan que eso es así y no lo critican. Ellos van a lo suyo y dejan a cada uno con sus aficiones. Pero la mariquita media en eso es mucho más intolerante; cuando hay un acontecimiento futbolero se pone como una hiena y no es raro escuchar comentarios tipo “¿Es que sólo interesa el futbol en este país?”, “¿Podéis dejar de hablar del puto futbol?” o “¡Estoy hasta los cojones del Madrid-Barça!”. Intuyo que si algún hetero opinara de la misma manera sobre el estreno de la peli de Almodóvar, muchas  mariquitas pondrían el grito en cielo, otras hasta se sentirían ofendidas y algunas hasta aplicarían términos como “discriminación” u “homofobia”. Y al final resulta que el colectivo gay, que tanto saca pecho de ser tan abierto y tolerante, es el que menos respeta el gusto y aficiones de los demás. 
Y no quiero decir nada cuando Madonna saque su próximo disco… Que Almodóvar y Madonna son como la Champion y el Mundial del mundo gay. 
Ah, y de esta semana no pasa que voy a ver “La piel que habito”. Y hasta daré mi opinión… 
¡Qué coño!

lunes, 5 de septiembre de 2011

¿CongelARTE o DescongelARTE?

Adelita es una cabeza loca. Adelita siempre tiene mil y una ideas que le rondan la cabeza desde que se levanta hasta que se acuesta. Adelita es un no parar de crear. Adelita lo mismo te pinta un cuadro, que te escribe un poema, que te interpreta a una gimnasta búlgara en un drama polaco que se te saltan las lágrimas, como te compone y escribe una bonita canción. Adelita es lo más. Y ella lo sabe. Muchos le dicen en broma que es como una Ana Obregón cualquiera. Pero eso a Adelita le cabrea muchísimo. Adelita tiene un talento innato para las artes, pero la naturaleza y los quirófanos no le han colocado dos grandes tetas con las que abrirse cualquier puerta. Adelita, además, tiene pudor. Adelita cuando crea se deja la piel en ello. Adelita lo hace porque es lo único que sabe hacer y porque le sale de dentro. Cuando escribe, compone, pinta o interpreta lo hace con las vísceras, con el estómago. Adelita no piensa primero en el aplauso y el éxito y luego crea algo con el único objetivo de conseguirlos; Adelita crea porque lo siente así. Y siente una vergüenza tremenda cada vez que su obra llega al público. Adelita siente como que se desnuda cada vez que lo hace. Y odia que la comparen con Ana Obregón porque precisamente ella es todo lo contrario a lo que la actriz, guionista, productora, vedette y bióloga hace. Y a Adelita le duele todavía más esa comparación porque sabe que hoy en día tiran más dos tetas que todo el talento del mundo. Si Adelita quisiera vivir de su talento sabe que tendría que operarse enterita. Y además Adelita tiene otro problema: no se sabe relacionar. Que para conseguir que un talento sea reconocido y se abran puertas, además de poseer dos tetas como dos balones de Nivea, es imprescindible saberse relacionar. Pero no vale relacionarse con cualquiera. Adelita ya tiene muchos amigos que, como ella, siguen sin salir adelante porque no saben relacionarse con las personas adecuadas. Y en el mundo de las artes, así en general, la gente que suele mover los hilos es la gente que menos “arte” suele tener. Suele ser gente a la que le motiva mucho más el dinero y el éxito que el arte en sí. No les interesa que una historia te llegue si no da dinero en taquilla. No les interesa que una canción sea una obra maestra si no se coloca en los primeros puestos de superventas. Y Adelita está triste. Adelita cree que no ha nacido en la época que le corresponde. Pero Adelita, como buena artista y creadora que es, es una idealista. Adelita confía que algún día tanto ella como todos sus amigos y conocidos con talento sean reconocidos. En otras épocas así ha sido. ¿Por qué no puede volver a suceder? Pero mientras tanto, para poder comer, porque es lo único que sabe hacer, Adelita pinta cuadros de Audrey Hepburn, escribe textos para una infame revista de cotilleo, interpreta a la niña de El Exorcista en un parque de atracciones y compone algún que otro jingle para spots de publicidad. Y eso le da tiempo para crear lo que ella cree que tiene que crear. Que el talento no está reñido con ser práctica. 
¿O sí?