martes, 21 de junio de 2011

El Lazarillo de Turmix: Capítulo 3

Aún me duele la mandíbula de la hostia que me ha metido La Fujitsu. Son más de las tres de la mañana y comienzo a pimplarme la tercera botella de Soberano. Llevo un ciego que pa qué. La Fujitsu me lleva de la mano por la Gran Vía. Más que llevarme me arrastra recordándome lo borracha y cerda que soy. Me toca el coño porque es verdad. Bebo más. Y me encanta hacerlo a morro porque me hace sentir super decadente a la par que macha. 
- ¿Quieres hacer el puto favor de andar en línea recta? 
- ¿Quieres hacer el puto favor de no estrujarme la mano como si fuera una polla? 
Y así nos va. La Fujitsu entonces se pone más violenta y tira de mí con más fuerza. Me estampa contra una moto, contra una señal de tráfico y contra una china que vende cervezas. 
Necesito beber para soportar esta cruz que Dios me ha puesto de penitencia. A veces tengo ganas de estrangular a La Turmix. 
- Dame seis latas, china de mierda. 
Y va la china de mierda y me cobra seis euros. La muy hija de puta. Me bebo dos a la vez y le eructo en toda la cara a la representante del gigante asiático. Ahora me ha entrado hambre. Unos metros más allá otra china vende bandejitas de arroz tres delicias. A ésta directamente le meto dos hostias. Paso de que me cobre un pastón para luego estar tres días sin cagar por el puto estreñimiento de las tres delicias. Aunque pa delicia, La Turmix. Ella sigue dándole al Soberano y estampándose contra todo lo que hay en la calle.
- ¡Hostias! Me acabo de comer enterita la mampara de una parada de autobús. ¡Me cagüen su puta madre y me cagüen to lo que se menea! ¡Que ya no tengo mandíbula! ¡Que parece que tengo bocio de lo hinchada que estoy! 
- Pues te jodes. 
- Pues cuídame un poquito, coño. 
- No soy tu lazarillo. 
- Soy alcohólica. 
- Y puta. 
- También. Anda, vámonos a un after. 
- Mejor te dejo en el Strong. 
- No, que no llevo mechero. 
Y me estampa uno del PP en toda la cara. Que ella se lo tira tó. No tiene ni escrúpulos, ni conciencia social, ni política, ni ná de ná. 
- Y porque la Cospedal no tiene rabo, que si no me la tiraba también. 
- Pues con ese rictus seco que tiene pá mí que lo tiene y gordo. 
Y me tira escaleras abajo del Strong. Bajo rodando pero como no es fin de semana entro gratis. Me meto en el cuarto oscuro. Le voy dando al mechero que, encima, casi no tiene gas. Hay cuatro tíos sueltos por ahí. Así que pa no perder el tiempo me meto en una cabina y dejo la puerta abierta. Me saco el redondo de ternera, que es mi mejor publicidad, me lo meneo treinta segundos y al momento tengo a dos viejos mamándomelo. No me entero de mucho porque con tanto brandy lo veo todo doble. Igual es sólo un viejo. Bah, me toca el coño. Me entran ganas de potar. ¿Aviso? Y no aviso. Salgo de allí medio resbalando. Entre las lefas y el potao llevo los tacones que parecen dos rollitos de primavera. Y pa casa que me voy. Y así cada noche. Que cuando La Fujitsu me deja sola me quedo como vaca sin cencerro...
Ay, que cómo me gusta Almodóvar. Ay, que qué previsible y que maricona más tópica soy. Pero oye, ¿y lo bien que me lo paso? Uy, que tío más grande. Menudos brazacos tiene. A este me lo follo pero ya. Y me suelta una hostia. 
Y no recuerdo más.

7 comentarios:

  1. "Dame 6 latas, china de mierda" como hito del relato... Haces que escribir y que la gente se ría parezca sencillo... La parte del Strong era un poco más de terror que otra cosa.

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  2. Y un poco escatológica, pero tú ya sabes... Uno se pone como tiene el día! ;)

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  3. Como siempre me quedo con ganas de más... enganchadito que me tienen la Turmix y la Fujitsu!!!
    Lo del Strong muy, pero que muy, gráfico...

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  4. que fuerta es la tía... y La Fujitsu ni te digo... me encantaría que conociesen a la Pitiusa, a la Moulinex, a la Piraña y a la Mopa...

    Un beso, La Brigada Mariquita.

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