Hola, me llaman La Fujitsu porque dicen que soy muy callada, muy silenciosa. Y la verdad es que pa fuera sí lo soy, porque pa dentro soy como los 40 Principales. Me bullen los pensamientos, mi cabeza no deja de dar vueltas, pero me lo guardo todo pa mí. Que no soy yo muy de exteriorizar las cosas, sólo las que hacen daño. Que soy muy rencorosa, que he tenido una vida muy mala. Pa hablar y decir gilipolleces ya está La Turmix.
Ahora estoy en el escenario marcándome un numerito como de geisha muda con un fondo musical super trepidante de Leonard Cohen. Muy contracultural todo. Muy underground, muy como del Moma ello. Que una es muy rompedora. Que si no me fichan en El Sonar es porque ni las modernas saben entender mi arte. Eso sí, de público ahora sólo tengo a una parejita de maricones con pinta aburridos y rancios. El más mayor no para de bostezar, y el más joven no deja de sobetearle el paquete. Super tensión sexual todo.
Lo que me está molestando mogollón es que no dejo de escuchar unos porrazos tremendos que vienen de mi camerino. No sé qué coño le pasará a La Turmix, pero me está jodiendo esta atmósfera tan zen que tengo creada. En cuanto acabe mi performance me voy a ir pa allá y le voy a decir cuatro cosas bien dichas. Que a mí con dos insultos bien colocaos y una torta no me hace falta más. Que a sinceridad no me gana nadie.
Hale, ya he terminado. ¡Que ya he terminado, hostias! Nada, que aquí no aplaude ni Dios. De verdad, Madrid ya no es lo que era. Que aquí sólo flipan con Norma Duval. Y yo eso sí que no. Hale, pos me voy pal camerino.
¡Pero qué porrazos! ¡Qué coñazo que da La Turmix! ¡Que la gusta a ella un protagonismo!
“¡¡Abridme, por Dios!! ¡¡Que voy a pillar una pulmonía del coño!!
Voy, voy.
Venga, ya está abierto, entra, joder. ¿Pero se puede saber qué te pasa? ¿Tienes un número tan pésimo que tienes que estropear el mío pa hacerte marketing? Mira que eres cerda.
“Gracias. Pero han estado a punto de asesinarme”. “Necesito otro copazo pero ya”.
Eso, bebe. Y a morro. ¡Pero qué ordinaria es la tía! Así va de ciega luego. Que la tengo que llevar a todas partes porque si no se va tragando todas las farolas y containers que encuentra a su paso.
“Mira lo que me ha pasado”.
Y va la tía y me saca una figurita horrorosa tallada en madera. Tiene forma como de pollón, pero en realidad, según ella, se trata de un nativo peruano con su flauta y todo.
“Que me he quedao encerrada ahí fuera y se me ha acercao un tío muy bajito. Pensaba que venía a matarme porque sacó un cuchillo. En realidad era una navaja. Que yo con el miedo lo magnifico todo. Y nada, que el tío se dedica a la artesanía popular. Y tendrías que haber visto la destreza que tenía. Que me ha tallao esta figurita en un plis plas. Y cincuenta euros que me ha cascao. Sólo llevaba ese billete encima y el pavo no tenía cambio. Aunque con el susto hasta me hubiera dejao violar y todo”.
Pero mira que eres puta.
“Gracias otra vez. Casi la palmo. Casi soy asesinada y descuartizada viva, pero no importa. Yo también te quiero, Fujitsu”. “Otro copazo que me sirvo”.
Pues te toca salir a actuar. Y yo de ti salía actuar con la figurita tallada. Que así, por lo menos, el público verá algo de arte”.
“¡Capulla!”
Y le suelto una hostia.
“Otra más así y te rompo los piños”.
Y otra hostia que le suelto. Y más fuerte todavía.
“Vale. Me voy a actuar”.
Uffff... menos mal que no le ha pasado nada a la Turmix!!! Todavía no sé cual de las dos me cae mejor. Esperemos qué nos desvela el siguiente capítulo. Gracias por hacerme reír... que llevaba un día un poco atacado!!!
ResponderEliminarPues qué alegría me da escuchar eso!!!!
ResponderEliminarSigues teniendo en tus guiones la frescura de Almodovar en tiempos de la movida madrileña.
ResponderEliminarNo cambies.
Un saludo.
Vaya piropazo! Ya me gustaría, que no le llego ni a la suela de los zapatos!!!
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